Magnífico el concierto que nos ofreció la joven orquesta de Euskadi, el pasado 19 de Julio en el Kursaal, que nos haría vibrar a todos los allí presentes, con dos obras espectaculares de Tchaikovsky, y una propina con música de Broadway, que puso de manifiesto de lo que es capaz su joven director José Luis Ocón, y que nos supo a poco, dado que no es frecuente escuchar melodías, que sobre todo a los carrozas nos transportan a épocas inolvidables, que lamentablemente no volverán. Lástima se haya perdido el buen gusto en vestir, puesto que no es de recibo acudir a un concierto así, sobre todo ellos, algunos con bermudas y chanqluetas, y lo que clama al cielo, hasta algunos con mochila, al más genuino estilo de Pocholo. Debemos aleccionar al personal, de cómo se debe acudir a un evento así, si queremos lograr el rango de la capital de la cultura el próximo año 2016, dado que una de las cosas que puntuarán, será la estética de la que tan escasos andamos.

Debieran de darse estos conciertos con más frecuencia, estimulando así a estos jóvenes y soberbios músicos, que nada tienen que envidiar a los más veteranos, y a ese genial director, como es la batuta de José Luis Ocón. Mi más efusiva felicitación.