Cuando uno lee algunos artículos de opinión y los remitidos de los políticos se pregunta ¿para quién hablan? Expresiones como implementar, gobernanza, no están en el lenguaje que usualmente utiliza cualquier persona, pero lo mejor o quizás lo peor, es el maquillaje de la realidad que supone utilizar artimañas semánticas para que parezca otra cosa lo que se está expresando. ¿Por qué no hablan de forma sencilla si escriben para todo el mundo? Todos sabemos que es la discriminación, pero lo de discriminación positiva ya es un poco difícil de digerir, como puede ser positivo (discriminar) algo que intrínsecamente es malo.
La última que me llena de perplejidad es la reciente expresión, hablando de las cuentas de los municipios guipuzcoanos, de ahorro negativo. Quien gasta más de lo que ingresa adquiere deudas y no ahorro (ahorro=evitar un gasto o consumo), pero se ve que esto le resulta desagradable a algunos y se inventan lo de ahorro negativo que solo ellos saben lo que quieren expresar realmente, y que en el contexto del citado artículo solo puede ser gasto o consumo excesivo. Así pues, ¿para quién hablan? ¿Para la llamada clase política, para economistas o para el común de los mortales?
Opino que utilizar expresiones oscuras solo puede tener un fin, disimular lo que en el fondo no son sino errores de gestión, o de digestión, si de lo que se trata es de hacernos tragar lo que es difícil de digerir. Por cierto, nadie ha apuntado como van a ahorrar o en que van a dejar de gastar.