FICOMIC
EL pasado 12 de mayo se publicó una información sobre la participación del Salón del Cómic de Irun en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Estuve presente en este acto que se desarrolló en el stand de Euskomic, y tengo que decir que los asistentes fueron poquísimos, seis, de los cuales tres, como mínimo, éramos de Irun y estabamos visitando la feria.
La concejala de Juventud de Irun, Cristina Laborda, nos dirigió unas palabras. Habló de Irun como una ciudad fronteriza entre España y Francia, habló del Salón de Irun como un nexo de unión entre ambas naciones, habló de la implicación del Ayuntamiento de Irun en las conversaciones Euskadi-Aquitania (¿se referiría a la plataforma logística PLAE...?) y completó su discurso indicándonos que con el cómic se facilita la relación entre nosotros, pues no hace falta hablar para comunicarse, la sensación visual propicia la comunicación.
Esta última aseveración, a mi forma de ver, da a entender que el idioma podría ser un problema para comunicarnos los de Irun con nuestros vecinos. Me deja los ojos cuadrados y a los iruneses nos deja fatal. El idioma podrá ser un problema para ella pero para los habitantes de los dos lados de esta muga no, pues una gran parte de la población hablamos varias lenguas, el español, el francés y el euskera, del cual, por cierto, no hizo la más mínima mención (quizás porque no lo veía necesario o quizás porque su conocimiento y desarrollo no le parece suficientemente importante como para comentarlo en foros culturales). Ai, ai, ai, qué miedo me dais.
Tuvo suerte Cristina de que los asistentes a su conferencia fuéramos solo seis, y tres de ellos de Irun. A la conferencia de la revista Xabiroi asistieron muchas más personas, bastantes catalanas, con una sensibilidad importante sobre temas identitarios y con una gran participación en el debate. Le hubieran sacado los colores.
Germán Eizaguirre