Alguna fecha debería ser la primera y la elijo sin motivo justificado, y coincidiendo con este hecho luctuoso de la desaparición de Gozalo (Radio Nacional). Cuando uno se enfrenta a una mezcla de exigencia personal y de necesidad de contar algo al mundo, creo que se debe estar dispuesto a no andar por las ramas y a no tener en cuenta que lo que se escribe queda para siempre.

El amigo Juan Manuel nos deja, después de muchos años de cátedra desde RNE, con un recuerdo imborrable, sin ruido ni aspavientos a los que estamos acostumbrados, como si fuera imprescindible que los deportes sonaran más alto que el resto de las noticias, por si los sordos olvidan el sonotone o existiera miedo a que la importancia del deporte comience su debacle y adquiera su verdadero valor intrínseco, cuya emoción no es más que inducida por intereses económicos que con el tiempo todos esperamos disminuyan su proliferación e insistencia hasta quedar reducido a su expresión mínima, y que todos descansemos y dediquemos nuestro ocio a leer novelas, escuchar música o a practicar, en lugar de mirar desde el sofá de casa, con el bocata y la cerveza, por nombrar las viandas naturales para este menester, en lugar de practicar el perezoso deporte estático de la sofalización de nuestra mente. Ciao.