Intenta guardar el sitio al coche de su marido y lo que sucede la deja absolutamente perpleja

Para muchísimas personas, aparcar el coche se convierte a diario en una pesadilla que les desespera y enfada y que les quita, literalmente, horas de vida que podrían dedicar a cualquier cosa. Porque estacionar, ya sea cerca de casa, para ir a trabajar, para hacer deporte o para realizar compras, a veces es muy complicado, sobre todo en las ciudades y en los centros urbanos.

De ahí que hay veces que se utilice la vieja táctica de dividir esfuerzos: que alguien se baje del coche en una zona y, si ve que se queda libre una plaza de aparcamiento, ocuparla y avisar al conductor para que vaya rápidamente a aparcar.

No está permitido

Se trata de una estrategia que no está prohibida expresamente en el reglamento, pero que sí podría ser sancionable si los agentes se ponen estrictos, ya que la ley de Tráfico asegura que “mientras exista refugio, una zona peatonal o algún otro espacio adecuado, los peatones no podrán permanecer detenidos en el arcén ni en la calzada, ni aunque sea a la espera de un vehículo, ya que para subirse tendrán que esperar guarecidos a que este se encuentre a su altura”.

Por lo tanto, quien guarda ese sitio podría ser sancionado con 80 euros y cualquier coche que quisiera aparcar ahí tendría todo el derecho a hacerlo, por más que la persona que ocupaba la plaza se enfadara.

La señora y el modo automático

Más que enfadada se debió de quedar ojiplática la protagonista de un vídeo que se ha hecho absolutamente viral en los últimos días en las redes sociales. Una mujer estaba guardando sitio a su marido cuando apareció un coche dispuesto a aparcar precisamente ahí. La señora ni se inmutó cuando el vehículo comenzó a estacionar, marcha atrás, en la plaza que ella ocupaba: no se iba a mover de ahí.

Pero lo que pasó entonces se ha vuelto absolutamente viral en las redes sociales. El conductor del coche que pretendía aparcar tampoco se preocupó, sino que se bajó del coche a medio aparcar, lo cerró y se marchó tranquilamente. Lo que la mujer no esperaba es que el coche, un modelo chino muy reciente, continuara con la maniobra pese a no tener a nadie al volante.

Lo hizo con una tecnología con la que cuentan ya algunos vehículos modernos: un modo de aparcamiento autónomo que permite al coche aparcar sin intervención humana, moviéndose gracias a sensores y cámaras que le permiten detectar los espacios. Algo con lo que no contaba la señora y que le dejó sin el sitio que tenía reservado.