Los atascos en el centro de las ciudades han sido una constante desde que se generalizaron los coches, aunque es cierto que en los últimos tiempos se están reduciendo poco a poco con las peatonalizaciones llevadas a cabo y con las restricciones a los vehículos (especialmente a los que más contaminan) en el corazón de muchas urbes.
Aun así el tráfico continúa siendo un problema pendiente de solucionar en muchos centros de ciudades y hay veces que transitar por ellos es muy complicado, sobre todo si cuentan con calles estrechas y en momentos en los que se acumulan, por ejemplo, muchas furgonetas de reparto.
Sor Atasco
De ahí que sea habitual la presencia de semáforos, de policías municipales o de señales de tráfico de todo tipo para regular el tráfico. Lo que no cabe esperar es encontrarse a una monja en la carretera tratando de descongestionar un atasco. Pero ha sucedido en Roma, en un lugar tan simbólico como los alrededores del Coliseo, donde el tráfico es especialmente conflictivo en una ciudad en la que manejarse con el coche ya es de por sí un caos.
Como no podía ser de otra forma, alguien ha captado ese momento con su teléfono móvil, porque no se trata de unas imágenes generadas a través de inteligencia artificial, sino totalmente reales. En este caso ha sido un concejal el que lo ha grabado y rápidamente se ha hecho viral en las redes sociales.
En el vídeo se observa un cruce de calles estrechas y empedradas en la capital italiana, en el que un autobús ha sufrido algún tipo de avería y se ha quedado parado, dificultando mucho el paso de los coches, lo que ha generado un importante atasco. Pero ahí aparece la monja para solucionarlo.
Efectividad divina
La religiosa, de la que llama la atención también que vista zapatillas deportivas, aparece en mitad de la carretera dirigiendo con soltura el tráfico, como si lo llevara haciendo toda la vida aunque en absoluto sea su función. Pero lo que se demuestra, viendo las imágenes, es que su intervención —en principio sin ayuda divina— sirve para descongestionar la zona, consiguiendo que el tráfico vuelva a fluir pese a la presencia del autobús parado.
La viralidad que ha logrado el vídeo en muy pocos días evidencia, una vez más, la expectación que generan las monjas (no sucede lo mimso con los curas) cuando se las ve haciendo cosas que no se espera de ellas, algo que parece convertirlas en elementos cómicos sin que ni mucho menos sea su pretensión.