El miércoles y el jueves medio mundo, o más, estuvo atento a una pequeña chimenea, la de la Capilla Sixtina. La señal procedente del Vaticano la enfocaba para ver si la fumata que resultaba de las votaciones del cónclave para elegir al nuevo Papa que sustituyera al fallecido Francisco era blanca o negra. La elección no prosperó el miércoles por la tarde ni en las dos votaciones del jueves por la mañana, en las que el humo que salió fue negro, pero sí a la cuarta oportunidad, el jueves por la tarde.
Gaviotas en la chimenea
La imagen de la chimenea fue constante en las cadenas de televisión, y en numerosos momentos se podía ver a gaviotas (Roma y El Vaticano no están muy lejos del mar) posadas en el tejado junto a ella, apareciendo en plano sin ser conscientes de ello. Así sucedió cuando pasaban unos pocos minutos de las seis de la tarde, segundos antes de que la fumata blanca indicara que había nuevo Papa y de que un rato después se presentara en público al estadounidense Robert Francis Prevost, que eligió como nombre León XIV.
Pero la escena que se pudo ver en pantalla no fue precisamente agradable. La gaviota que aparecía en el encuadre procedió a vomitar un ratón que había ingerido para poder alimentar así a su cría, que también se encontraba junto a la chimenea y que inmediatamente procedió a degustar el manjar que su progenitora le había traído, banquete que disfrutaron ambas mientras llegaba otra que se limitó a mirar, quizá con envidia.
Llega la fumata blanca
Justo cuando ya habían terminado de comer, se vieron sobresaltadas tanto por el humo blanco que empezó a salir por la chimenea a pocos centímetros de ellas y que hizo a la gaviota adulta pegar un salto (la cría ya se había alejado un poco), como por el griterío que la simbólica señal provocó en la muchedumbre que se encontraba esperando la posible fumata blanca abarrotando la plaza de San Pedro.
El vídeo se ha vuelto viral en las redes sociales, especialmente en X, donde ha sido compartido por diferentes usuarios y acumula millones de reproducciones. Una anécdota más en unos días de retransmisiones televisivas donde todo se analiza al detalle pero donde lo sucedido segundos antes de la fumata blanca junto a la chimenea había pasado desapercibido para la mayoría de personas que estaban atentas. Pero siempre hay que lo capta y lo sube a las redes sociales.