Mucho ha llovido desde que Miguel Indurain ganó su primer y única Clásica de San Sebastián aquel 12 de agosto del año 1990. El excorredor de Banesto se impuso a Laurent Jalabert, Sean Kelly y Tony Rominger, en una carrera que se decidió en Jaizkibel con la arrancada del ciclista de Villava sobre el mítico Marino Lejarreta, que ya había ganado la prestigiosa carrera en los años 1981, 1982 y 1987 y que ese mismo día acabaría con flato, sin poder alcanzar a Indurain.
Playa de Zurriola
Enfilado hacía la meta, Miguel Indurain dejó una estampa que se ha quedado inmortalizada. El deportista navarro llegó en solitario a la meta del Boulevard sacándole dos minutos y 24 segundos a Laurent Jalabert y cruzando la avenida de la antigua playa de la Zurriola, ya extinta y que fue sustituida y reformada en 1994. Precisamente, la Avenida de la Zurriola será la meta de la Clásica de este año, el próximo 10 de agosto, en lugar de la habitual llegada en el Boulevard, ya que prácticamente coincidirán el final de la carrera con el Cañonazo de inicio de la Semana Grande en los jardines e Alderdi Eder.
Una multitud aplaudió a rabiara ciclista de Villaba en el camino a la meta.
Cruzando Donostia con el maillot amarillo
Dos años más tarde Miguel Indurain volvió a rodar en la capital guipuzcoana. Esta vez lo hizo ataviado con el maillot amarillo del Tour de Francia, imponiéndose en el prólogo, en una contrarreloj en la que superó por dos segundos a Zulle. El resto es historia, ya que ese mismo año el navarro ganó su segundo Tour de Francia de manera consecutiva.