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La inteligencia artificial creadora de ocio personalizado dispara el riesgo de adicción

Ya hay señales de alerta de que la IA en este terreno puede crear peligrosas dependencias de menores y adolescentes hacia sus ‘pantallitas’, con sus redes sociales, vídeos o juegos

La inteligencia artificial creadora de ocio personalizado dispara el riesgo de adicciónMackenzie Duncan/Freepik

La capacidad de la inteligencia artificial (IA) de crear y de ofrecernos contenidos a la medida de nuestros intereses y cada vez más personalizados según nos va conociendo, según la vamos entrenando sin darnos cuenta, es tal que algunos expertos ya han empezado a hablar de unos riesgos menos llamativos que una supuesta rebelión de robots pero, quizá, más preocupantes.

La IA puede generar contenidos de ocio de cualquier clase completamente personalizados y prácticamente infinitos. Esto puede hacer que se disparen los patrones más adictivos y engañosos de internet, según los expertos, que sitúan a los menores y a los adolescentes como los más vulnerables. Además, cuenta con un agravante, que no es otro que ser una tecnología diseñada para maximizar el tiempo que una persona pasa ante una pantalla.

Un niño juega a través del ordenador.

Adaptada a los gustos

Así lo expresan los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) Robert Mahari y Pat Pataranutaporn en un artículo publicado en la revista MIT Technology Review titulado Necesitamos prepararnos para la inteligencia adictiva. En el texto, apuntan a un futuro de jóvenes adictos a unas aplicaciones de inteligencia artificial capaces de surtirles durante horas de sus contenidos favoritos y 100 % personalizados.

Esta tecnología permite adaptar prácticamente en tiempo real el contenido que ofrecen las plataformas o servicios de internet (redes sociales, vídeos o videojuegos) a los gustos de cada usuario, lo que implica un riesgo directo. Pero no es el único, ya que también existen otros indirectos, como el de relegar otras tareas u obligaciones imprescindibles, como el descanso, el estudio, las relaciones sociales, las actividades físicas u otras formas de ocio.

Los patrones adictivos son aquellos comportamientos repetitivos que una persona adopta de manera compulsiva y le resultan difíciles de controlar, como los que van del consumo de sustancias hasta conductas como la ludopatía, la comida compulsiva o el uso excesivo de las pantallas. En este último caso, los sistemas de IA están multiplicando las pautas más dañinas.

Un marco sesgado

Sergio Rodríguez, consultor de la Agencia Ejecutiva Europea de Investigación (REA), manifiesta, en declaraciones recogidas por la Agencia Efe, que no tiene dudas de cómo la IA ha disparado esos riesgos asociados a los patrones más adictivos de internet, ni de que las pantallas están sustituyendo al ágora como espacio de socialización, y alerta de que la población que más las utiliza –los jóvenes– es también la que menos recursos emocionales tiene para poder protegerse.

“La población entre los 12 y los 21 años percibe el mundo a través de ese marco planificadamente sesgado, con el agravante de que contiene intencionadamente elementos adictivos”, ha señalado Rodríguez, y ha aseverado que “los adolescentes sienten que controlan el mundo desde la palma de su mano, cuando en realidad es precisamente al revés”.

Además, ¿ataque a la privacidad?

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) publicó un informe sobre los patrones adictivos y sus implicaciones en la protección de los datos personales y concluyó que, con la llegada de patrones de diseño cada vez más sofisticados, algunas compañías han introducido en el mercado características que no solo son atractivas, sino también “engañosas y adictivas” y que en muchos casos recopilan además numerosos datos personales de los usuarios.

Esos patrones consiguen, por ejemplo, cambios de conducta en muchas personas que pueden ser considerados como síntomas de una adicción, como desbloquear de forma inconsciente un teléfono móvil cada pocos minutos, ha señalado la AEPD en su informe, en el que señala que la naturaleza “omnipresente” de esos patrones de diseño adictivos puede tener consecuencias de largo alcance y que la exposición prolongada a ellos puede tener efectos perjudiciales para la salud (como alteraciones del sueño o mayores niveles de estrés o ansiedad).

Desintoxicación digital

Entre las medidas para protegerse de esos patrones y para favorecer la desintoxicación digital, la AEPD plantea una labor que combine la concienciación personal y estrategias prácticas, como deshabilitar las notificaciones, desactivar las reproducciones automáticas o establecer límites de tiempo de uso.

Por su parte, el también profesor en la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona, Sergio Rodríguez, ve también posibilidades de poner coto a esos patrones, tanto desde la formación como desde la regulación, y ha subrayado en ese sentido la importancia de que las familias y la escuela formen a los niños y los jóvenes en el buen uso de la inteligencia artificial, de que ese uso sea “progresivo, crítico y creativo”, y de evitar la larga exposición a los dispositivos.