Una remontada que vale una Liga

Qué difícil es ganar al Bera Bera. Ya lo avisó Imanol Álvarez cuando su equipo se disponía a afrontar la Copa mientras estaba, a su vez, inmerso en la semifinal de Liga. Y hoy se ha vuelto a demostrar lo competitivas que son estas jugadoras. Los rivales pueden ser muy potentes, puede haber proyectos pujantes que las quieren destronar año tras año, pero ellas siguen siendo las reinas. Se aferran a la pista y, quien desee destronarlas, debe jugar 60 minutos de muy buen balonmano. Porque el Bera Bera se deja la piel hasta el final. 

El Elche ha estado muy cerca de forzar la prórroga, lo que hubiera llevado la pelea por el título a unos infartantes diez minutos extra. Desde luego, ese parecía el guión al inicio de la segunda parte, cuando el conjunto ilicitano se ha puesto con seis goles de renta (17-11). A esa situación se había llegado tras una primera parte con dominio inicial del Bera Bera (5-7), para pasar después a un escenario totalmente distinto, con Nicole Morales parándolo todo y las jugadoras locales muy enchufadas. Así que al descanso se llegó con 15-11 y en la reanudación la tónica siguió con el citado 17-11.

El conjunto ilicitano estaba crecido y el Bera Bera no encontraba soluciones. Las jugadoras de ataque no tenían el día y las porteras tampoco lograban bajar la persiana. Pero los partidos son largos y eso lo entiende perfectamente el conjunto guipuzcoano, muy curtido en estas batallas. Quedaban más de 25 minutos de partido y la receta fue mantener la calma, aguantar la euforia local aumentando un par de puntos la intensidad defensiva e ir encontrando poco a poco a las jugadoras que pudieran meter goles.

El día de Tchaptchet

Arroyo, una de las sorpresas del día en el plano atacante y Etxeberria, la que siempre está, pusieron el 17-13, poniendo un poco de hielo en el horno del Esperanza Lag y, aunque el Elche siguió con ventajas relativamente cómodas, el Bera Bera parecía estar ya más metido en el partido. Había recuperado la compostura y, desde luego, no daba el partido por perdido.

Con el 23-18 llegó el zarpazo del conjunto guipuzcoano. Arroyo marcó dos penaltis seguidos y Mariane Fernandes, desacertada durante toda la primera parte, resurgió para hacer el 23-21 con uno de sus lanzamientos marca de la casa (23-21). Luego apareció Maddi Aalla para hacer una parada y en la siguiente jugada Tchaptchet, la mejor de la final, puso el 23-22. Partidazo el de la pivote navarra, cuyo nivel a sus tiernos 19 años resulta impresionante.

Así que lo que parecía imposible ya era muy posible. El Bera Bera se había venido arriba y estaba a un gol. Fernandes igualó a 23, de nuevo paró Aalla -fundamental su aparición en los momentos decisivos- y encima se unió a la fiesta una invitada que nadie esperaba, Lydia Blanco, una de las que menos protagonismo tiene pero que en el último partido del curso marcó el 23-24 y a continuación el 23-25. En total, un 0-7 que dejaba la final muy de cara para las guipuzcoanas.

Pero aún hubo que sufrir, porque un título no se consigue de forma sencilla. El Elche sacó fuerzas de flaqueza e igualó a 25. Quedaban poco más de tres minutos y el título se decidiría por detalles. Como el de Etxeberria para marcar el 25-26 y luego el 26-27. O el de Aalla para detener el último intento a la desesperada de la local Danila So Delgado para dejar el 27-27 y hacer campeón al Super Amara Bera Bera. Otro título, el tercero de una grandiosa temporada y el 26º en su historia. El club guipuzcoano sigue agrandando su palmarés y su prestigio. El último mes, con la Copa en Illunbe y las eliminatorias ligueras contra Málaga y Elche, ha sido para guardar. Ganar, ganar y volver a ganar. La fórmula del Bera Bera.