La teoría en los partidos entre irundarras y riojanos apunta casi siempre a igualdad y emoción. En este curso, en la primera vuelta, el cuadro de Miguel Ángel Velasco, se impuso por seis tantos de diferencia (39-33) a orillas del Ebro. En la cita de Artaleku, el Bidasoa dobló la diferencia, después de marcar más de cuarenta goles y protagonizar una victoria de récord (41-29), ya que nunca el equipo de Artaleku consiguió semejante guarismo como conjunto de la Liga Asobal.

¿Qué sucedió? Quizás no resulte fácil explicarlo. Pocas veces el conjunto de Cuétara ha corrido tanto al contraataque. Este suele llegar después de pérdidas de balón del rival o del buen quehacer defensivo. El conjunto bidasotarra salió enchufado y pronto se notó en el marcador. Desde el 1-1, los locales siempre fueron por delante y alcanzaron ventajas de Valor (4-1) tras los goles iniciales de Azkue, Julen Aginagalde y Asier Nieto. Comenzó el partido Harbaoui en la meta, con acciones de mérito. Después del descanso se situó Skrzyniarz bajo palos. Pocos días después de confirmarse su renovación, detuvo la mitad de los balones que le llegaron. Esos números garantizan éxito. Lo confirmaron sus compañeros que, en el área de Jorge Pérez, se hincharon a meter goles desde todas las posiciones. Entraban en el muro, muy poco sólido, de los riojanos con facilidad portentosa, con ambición y ganas de seguir sumando en una jornada con resultados que le favorecían.

Dio la sensación de que entre los hermanos Gorka y Asier Nieto había una confrontación por ver quién marcaba más goles. Entre ambos, doce. El central disfrutó, lo mismo que Víctor Rodríguez, autor de cinco tantos. Sumadas todas las aportaciones de la primera línea, el lanzamiento exterior alcanza veinticuatro dianas, cuando otras veces el protagonismo corresponde a los inquilinos de los seis metros, aunque conviene no perder de vista que los tres pivotes firmaron ocho goles en una actuación coral de un conjunto que transmitió muy buenas sensaciones. Ahora, todas las fuerzas apuntan a un único objetivo y alejar de Europa con este triunfo a un rival directo no es una mala noticia. La recuperación de sus señas de identidad ante los riojanos apela al optimismo.

Cuando un partido termina con semejante holgura, hay poco espacio para las especulaciones. El técnico visitante debió llegar a la conclusión que todo lo que sucedía en el parqué era un mal día en la oficina. Encontró en el pivote Javi García el jugador que resolvía las acciones ofensivas, sobre todo en el primer tiempo, y que le daba un poco de vidilla a un equipo que no encontró el modo de defender ante la avalancha que le venía de frente. Al cuadro irundarra le faltaban Mitic y Dariel García. Cuétara se decidió por dos canteranos, Tao Gey y Xabi Barreto hasta completar una lista que deberá afrontar esta misma semana dos partidos. Le esperan el Anaitasuna en Pamplona, y el Cisne que visita Artaleku, ambos en plena Semana Santa