La selección española jugará por la medalla de bronce tras caer en la primera semifinal del Mundial contra Dinamarca (23-26), que aspira a ser la primera selección en conseguir tres campeonatos del mundo consecutivos

Resistir ha vuelto a ser el verbo del equipo de Jordi Ribera. Desde la primera parte o, al menos, en sus primeros 27 minutos. Con cierto control en algunas fases, incómoda en la mayoría, el conjunto español ha tenido que remar a contracorriente en los primeros 30 minutos, en los que ha llegado a ir cuatro goles abajo, ha reducido la brecha cuando peor lo tenía (10-12), pero ha terminado 10-15.

Los daneses han comenzado con un 0-2 sin entrar al choque de manera redonda. La prueba ha sido que en un abrir y cerrar de ojos, y aprovechando una pérdida escandinava, España ha empatado por mediación de Ángel Fernández, que ahuyentaba los fantasmas de un mal arranque que enterrara las opciones.

La atención estaba puesta en ambas defensas y sus zonas centrales, y con el paso de los minutos se ha ido imponiendo la danesa. Tanto que llegado el ecuador del primer acto, con la primera línea de Dinamarca cómoda (el archiconocido Mikkel Hansen, más el talentoso Mathias Gidsel y por si fuera poco, Simon Pytlick), Ribera ha solicitado su primer tiempo muerto (5-9 en el luminoso). Los lanzamientos inofensivos de Casado y Valera, sin estar precedidos de apenas juego colectivo, y los errores en seis metros penalizaban demasiado ante un portero de la talla mundial como Landin. 

El preparador catalán ha ordenado un cambio del entramado defensivo, pasando del 6:0 al 5:1 adaptado a la primera línea rival, a quien le ha costado adaptarse. La reacción española se ha ralentizado con la segunda sanción a Maqueda, excluido por alargar al brazo y darle a Hansen en la cara en un intento de interceptación a la que no ha llegado a tiempo. La actuación que ha aportado el danés ha invitado a los permisivos árbitros Schulze y Tönnies a revisar la acción. No iba a ser la última visita al monitor… ni la más escandalosa.

Sin descanso, España, que de los guipuzcoanos ha contado con Kauldi Odriozola e Iñaki Peciña (Imanol Garciandia ha quedado fuera de la convocatoria), ha conseguido sobrevivir e incluso recortar hasta el 9-11 que ha marcado de penalti Solé y el posterior 10-12. Hasta que Landin ha roto el choque a su manera.

Ha sido en una acción en la que ha parado un lanzamiento de Dani Dujshebaev, sí, pero la historia ha venido justo después, con una sobreactuación en la que ha lamentado un balonazo en la cara. Los árbitros han vuelto al monitor y han devuelto el balón a España, no apreciando más que cuento del guardameta danés, cuya conducta ha quedado exenta de sanción.

Esa acción, acompañada del posterior tiempo muerto de Nicolaj Jacobsen, han traído un tormentoso parcial de 0-3 favorable a Dinamarca, que interpretando mejor el momento del partido, ha dejado a España contra la lona al descanso (10-15).

Reacción 

El duelo entre estas dos selecciones instaladas en lo más alto del balonmano internacional, circunstancia muy apreciada y reconocida en Dinamarca, había deparado en el pasado reciente el triunfo danés en la final del Mundial de Egipto y el español en la semifinal del Europeo de 2022. En el tercer duelo oficial en dos años, los de Ribera debían recuperar mucho terreno, quizá demasiado vista la envergadura del rival, para deshacer el empate a su favor.

Para ello, el arranque de la segunda mitad se antojaba clave. El intercambio de goles y paradas de ambos guardametas han dejado el mismo escenario de cinco tantos favorables para Dinamarca cruzado el minuto 40. Cuando se ha abierto el momento España del encuentro. Nueve minutos portentosos en defensa han llevado al equipo español a reducir la desventaja del 15-20 al 19-20. A llenar el depósito de los sueños.

Una exclusión de Kauldi Odriozola, que ha firmado una gran actuación en el avanzado, ha dado en el 50’ a Dinamarca una superioridad que ha supuesto el poco oxígeno que necesitaba, abriendo distancia (20-23) y obligando a Ribera a llamar a capítulo a los suyos.

El seleccionador ha dispuesto atacar con siete, entre otros aspectos, coronados por un modo heroico que a punto ha estado de volver a funcionar. Con 23-25 en el marcador, Jacobsen ha pedido su tiempo muerto porque no las tenía toda consigo. La jugada danesa ha terminado en los siete metros y en una de las 14 paradas de Pérez de Vargas, dispuesto a competirle el MVP a Landin.

Faltaba un minuto entero por delante, un mundo a tenor de lo sucedido en el España-Noruega de cuartos, y la selección española ha conseguido provocar un penalti en apenas 10 segundos. Ferrán Solé ha tenido en su mano reducir la desventaja a un tanto, quién lo hubiera dicho, con 50 segundos por delante. 

Casi un minuto que a Niklas Landin le sobraba. Así lo ha demostrado, desbaratando con una nueva parada a Solé cualquier plan que apuntara en esa dirección. No había remontada y el choque ha quedado resuelto para una Dinamarca que con el 23-26 de este viernes es la primera clasificada para la finalísima del domingo (20:30 horas). Antes, España jugará (18:00 horas) contra el perdedor del Francia-Suecia.

ESPAÑA, 23 - DINAMARCA, 26


EQUIPOS.

ESPAÑA: Corrales (P), Pérez de Vargas (P) (1), Guardiola, A.Fernández (3), Solé (4), Cañellas (2), A.Dujshebaev (5), D.Dujshebaev (1), Valera (1), Maqueda, Casado, Figueras (1), Pecina, Odriozola (1), Sánchez-Migallón (1), Serdio (3), Garciandia y D.Fernández.

DINAMARCA: N.Landin (P), K.Moller (P), Hansen (4), Gidsel (3), Pytlick (6), M.Landin (2), Kirkelokke (1), Jakobsen (3), Lauge Schmidt, Saugstrup (5), Lindberg, Mollgard, Mensah Larsen, Jorgensen (1), Holm, Á Plogv Hansen, Damgaard, Hald Jensen (1), Hoxer Hangaard y KL Moller.

PARCIALES CADA CINCO MINUTOS: 2-3, 4-5, 5-8, 6-10, 9-11, 10-5 --descanso--, 12-16, 15-19, 16-20, 19-21, 20-23, 23-26.

ÁRBITROS: Schulze y Tonnies (ALE).

PABELLÓN: ERGO Arena de Gdansk.