Los partidos entre Angola e Italia y Finlandia y Australia abrirán mañana a las 10.00 horas la Copa del Mundo de baloncesto que por primera vez se disputa en tres países diferentes, Indonesia, Filipinas y Japón, y con 32 selecciones. Después, uno de los anfitriones tratará de batir el récord de asistencia a un partido mundialista y meter en su duelo inaugural ante República Dominicana 50.000 espectadores. Ya se sabe que Asia es un terreno conquistado por el baloncesto y la FIBA repite presencia allí tras la anterior edición en China. Pese a la ausencia de algunas estrellas mundiales, el ambiente en los pabellones será grande porque hay jugadores de sobra para garantizar un gran espectáculo en Yakarta, Manila u Okinawa.

Estrellas para todos los gustos

Lógicamente, siempre hay que mirar a Estados Unidos como el gran favorito, pese a que no suele reunir para la Copa del Mundo su máximo potencial. Hace cuatro años, se quedaron en el séptimo puesto y para volver al oro han hecho un equipo que en algunos aspectos se puede comparar con el que pasó por Bilbao hace nueve años. Steve Kerr va a dirigir una plantilla llena de estrellas jóvenes y en progresión, que pueden ser perennes All Star, pero que quizás carece de la brillante calidad individual que tenía la que fue oro en 2014. Esta vez, los estadounidenses han pensado bien el equipo, lo que se necesita para destacar en el baloncesto FIBA, y disponen de armas para hacerse valer en los dos lados de la cancha.

Anthony Edwards, un jugador que lo mismo parece un fino estilista que impone su físico descomunal, se ha erigido en la preparación como el líder anotador. Jalen Brunson o Brandon Ingram son otros jugadores que pueden ser desequilibrantes en ataque, mientras que Jaren Jackson expondrá las virtudes que le han convertido en el mejor defensor de la NBA. Mikal Bridges, Tyrese Haliburton, Austin Reaves o Cam Johnson son garantía de sobriedad y quizás el principal problema para Kerr será hacer funcionar algunos formatos de small-ball que pueden ser ineficaces en defensa.

Fuera de la docena de jugadores de la NBA que presenta Estados Unidos, puede abrirse un debate sobre quién es el mejor jugador de esta Copa del Mundo. Luka Doncic, elegido en el mejor quinteto de la temporada, lidera en solitario a una Eslovenia con menos calidad que cuando fue campeona de Europa en 2017 o cuarta en los Juegos de Tokio. Las aspiraciones de los balcánicos pasan por lo que aguante el físico de la estrella de los Mavericks, que ya el año pasado en el Eurobasket fue de más a menos.

Estrellas para todos los gustos Roberto Calvo

Con menos aparato mediático llega Shai Gilgeous-Alexander, otro de los cinco mejores jugadores del curso en la NBA y All Star, como punta de lanza de Canadá, que cuenta en los pronósticos de podio después de muchos años de irrelevancia y pese a la ausencia de Jamal Murray. Eso es porque el extraordinario base de los Oklahoma City Thunder está rodeado por otros buenos jugadores de la NBA como RJ Barrett, Kelly Olynyk o Dwight Powell, que deben demostrar que pueden funcionar como colectivo en un contexto de máxima exigencia táctica. Para eso han fichado para el banquillo al catalán Jordi Fernández.

La República Dominicana presenta a Karl-Anthony Towns, otro jugador de rango All Star que también se estrena a estos niveles. El ala-pívot de los Minnesota Timberwolves, por tamaño y versatilidad, puede ser diferencial en el baloncesto FIBA, pero también es capaz de lo peor si hace asomar sus ínfulas de estrella. Su presencia, obviamente, eleva el nivel de un equipo que en otras citas ha jugado un baloncesto despreocupado e imprevisible al que debe añadir más dureza si quiere llegar lejos.

Hay otras selecciones que acumulan talento de la NBA como Australia, con Josh Giddey, otro jugador de los Thunder, Mathisse Thybulle, Dante Exum o el ya veterano Patty Mills, siempre fiable con los aussies. También Alemania surge como una de las tapadas gracias a los hermanos Franz y Moritz Wagner o Denis Schroeder y una plantilla muy bien armada a la que quizás le falta creatividad. Francia sigue contando con Rudy Gobert, Evan Fournier, Nico Batum y Nando de Colo en su núcleo duro y la ausencia de presión, ya que es la única ya clasificada para los Juegos y refuerza sus aspiraciones de sumar otra medalla.

Estrellas para todos los gustos Roberto Calvo

Jonas Valanciunas será el jefe absoluto de Lituania, ahora que se deshace esa pareja interior con Sabonis que no acababa de funcionar. Nikola Vucevic debe dar un paso adelante con Montenegro. Lauri Markannen, tras su temporada de explosión en la NBA, ya ha demostrado que puede liderar a una Finlandia en crecimiento que ha caído en un grupo mortal con Alemania y Australia. Habrá que ver cómo funciona Serbia sin Jokic y sin Micic. Bogdan Bogdanovic, el jugador de los Atlanta Hawks, vuelve para dar sentido al juego de un equipo en el que el joven de los Miami Heat Nikola Jovic tendrá un rol importante. Además, Simone Fontecchio debe sobresalir en una Italia rocosa.

Algunas selecciones modestas también confían en dar la sorpresa si rodean bien a sus estrellas. Es el caso de Filipinas, con Jordan Clarkson, jugador de los Utah Jazz, como figura absoluta e ídolo del país. También Cabo Verde, el país más pequeño en llegar a la cita mundialista, cuya presencia no se entendería sin el madridista Edy Tavares, el pívot más determinante de Europa. Y también tiene algunas opciones China, que ha roto muchos muros al nacionalizar a Kyle Anderson, alero de los Minnesota Timberwolves que va a jugar como Li Kaier. Japón lo tiene muy complicado por mucho que pueda aportar Yuta Watanabe tras una buena temporada en la NBA.

Las grandes ausencias

JOKIC, MURRAY Y ANTETO. Pese a que en el Eurobasket no brillaron, había ganas de ver de nuevo a Nikola Jokic y Giannis Antetokounmpo. Tampoco estará con Canadá Jamal Murray, otro campeón de la NBA. Ricky Rubio, Porzingis o Sabonis son otras ausencias destacadas, igual que las de Hachimura, ídolo de los japoneses, o Wembanyama, que se reserva para París 2024.

Argentina, fin de una era

La Copa del Mundo no tendrá a su anterior subcampeón. Faltará Argentina, la gran perjudicada por el sistema de las ventanas que, además, tampoco estará en los Juegos de París. La albiceleste, siempre competitiva en estas citas, tiene que abrir una nueva era y ser paciente ya que no estará en un gran evento intercontinental al menos hasta 2027.