Síguenos en redes sociales:

Un líder, un tótem, un gurú

Miguel Ángel Paniagua, periodista y agente, desgrana las facetas íntima y profesional de Mike Krzyzewski, seleccionador de EEUU, a quien conoce desde hace casi 30 años.

Un líder, un tótem, un gurú

“Es un tío muy serio”, apunta; “Krzyzewski viene de una familia polaca de Chicago. Son católicos, conservadores, gente recia, muy estrictos en todos los sentidos. Él hizo carrera militar con una beca de baloncesto y estudió en West Point, donde curiosamente jugó para Bobby Knight”.

Paniagua reconoce que “cuando te lo presentan por primera vez da la sensación de ser un tío muy distante, pero es bastante afable y con los años, aunque hace un par que no le veo en persona, me dicen además que ha cambiado mucho, no de carácter en sí, sino a la hora de aprender, por ejemplo, a moverse entre los medios, a no ser tan adusto. Es un gran profesional con enorme carisma, enorme de verdad, sobre todo con los jugadores jóvenes, aunque también es verdad que conduce un trasatlántico universitario. Que Coach K te llame como prospect para jugar en Duke sigue siendo considerado en Estados Unidos lo top, lo máximo a lo que puede aspirar un chaval de instituto”.

Paniagua destaca que la veneración hacia la figura de Krzyzewski se dispara hasta el límite en el campus de Duke, uno de los centros más prestigiosos del país, donde, tras conquistar cuatro títulos de la NCAA (1991, 1992, 2001 y 2010) y convertirse en el técnico con más victorias en la historia de la competición universitaria (983), “es considerado un tótem”.

“Hay que tener en cuenta que en Estados Unidos hay muchas universidades con potentes programas tanto de baloncesto como de fútbol americano en las que prevalece el segundo deporte porque lleva muchísima gente a los estadios, a 90.000 como en el caso de Alabama. Luego están las universidades de lo que se denomina el cinturón del baloncesto formado por los Estados de Kentucky, Indiana y North Carolina, donde el baloncesto escolar, incluso el de high school tiene más fuerza que el profesional. Incluso allí, en Carolina, Duke es una isla aislada. Es un centro con un enorme nivel académico que suele estar poblado de alumnos del este, más liberales, más yankees, que al no haber podido entrar en una de las universidades de la Ivy League (Harvard, Yale, Darmouth, Cornell, Columbia...) van allí. En Duke, donde también hay fútbol o béisbol, esos programas no tienen tanto prestigio, porque ganan con muy poca frecuencia”.

En ese ecosistema, “el prototipo de Duke lo han compuesto casi siempre jugadores que aguantan cuatro años en la universidad, por ejemplo Christian Laettner, componente del Dream Team. Eso hace que se formen muy bien académicamente, por lo que si en el baloncesto no les va bien tienen algo detrás. El prestigio del diploma de Duke te coloca prácticamente en cualquier sitio. Dentro de esa universidad tan peculiar, Coach K es una divinidad, un tótem. Duke tiene muy buenos profesores excelentemente bien pagados, ha tenido incluso candidatos al Premio Nobel y todos son reconocidos, pero allí el referente absoluto es Krzyzewski. Si quieres que tu hijo tenga una recomendación para entrar en Duke, vale más la de Coach K que la del profesor de literatura”.

un líder militar Además de su capacidad para penetrar en la mente de los jugadores hasta el punto de que son muchos los que acaban convirtiéndose en entrenadores -“en Estados Unidos los técnicos lo consideran parte de su legado y eso Coach K lo cuida mucho”-, Paniagua considera al seleccionador de Estados Unidos “un técnico rígido que aplica disciplina, pero no tan déspota en sus métodos como Bobby Knight, su maestro y mentor. Krzyzewski es un líder. Fíjate, yo siempre he pensado que es más líder en el sentido militar, de un tío que en un momento determinado dice vamos a la batalla y se pone él primero, que no en el de un tío autoritario que dice o aquí se hace lo que yo digo u os echo de la universidad, que sería el estilo Knight, siendo los dos entrenadores excepcionales”.

“Desde el punto de vista técnico”, añade, “me parece que trabaja muy bien con los jugadores en la cotidianidad. Quizás no es el mejor entrenador de la NCAA, donde hay un grandísimo nivel, quizás durante los partidos no es tan exquisitamente sofisticado como para poder salirse del libro, pero es que su libro es tan maravilloso y tiene jugadores tan inteligentes y tan versátiles que parte con una gran ventaja. Yo siempre he defendido que Duke sale 6-0 ganando a los partidos por el nivel de conocimiento de juego que tienen sus jugadores, tíos capaces de aprenderse los sistemas, entender bien el juego, con fundamentos... Tampoco ha sido una universidad destacada por tener jugadores hiperatléticos, como North Carolina. Él ha ido siempre a buscar gente inteligente desde el punto de pista baloncestístico... y encima fuera de las canchas se comportan como es debido. Escándalos Duke ha dado cero”.

llegada a usa basketball El desembarco de Krzyzewski al banquillo de Estados Unidos en 2005 se produce, según Paniagua, porque “como dicen ellos, en 2004 viven una epifanía, tienen una revelación en Atenas. En esos Juegos, Team USA toca fondo porque aunque consigue el bronce, el juego no solo fue malo sino que además tuvieron conflictos internos, problemas de vestuario gordos. Entonces deciden un cambio radical, en lugar de juntar a 12 tíos el día antes de comenzar la concentración, ponerles una camiseta USA y decir vamos a ganar el oro, que era lo que hacían hasta entonces, se dieron cuenta de que el resto del mundo había progresado a un nivel tremendo y de que Team USA no podía prosperar si no jugaba como team, como equipo. El gran cambio es que USA Basketball, que hasta entonces era un organismo muy burocrático, pasa a estar controlada por la NBA. Es que para ellos no pierde Team USA, sino que pierde también la NBA. Así, la liga mete mano, toma el control absoluto y convierte un organismo tendente a la burocracia y que no le importaba nada el proceso preparatorio de sus selecciones en un modelo más profesional. Llama a uno de los grandes ejecutivos de la liga, Jerry Colangelo, y le da poder absoluto para cambiar y ganar el oro en Pekín’08, el Mundial de Turquía y Londres’12”.

Se suponía que los últimos Juegos Olímpicos iban a marcar el final del periplo de Krzyzewski en el banquillo estadounidense, pero finalmente decidió prolongar su compromiso. “Yo también lo entendía así”, reconoce Paniagua. “Sé de buena tinta que los dos nombres que barajaba para suplirle eran Phil Jackson y Gregg Popovych. De hecho, en la final de Londres, Coach K hizo un speech muy emotivo ante sus jugadores. Les dijo: ha sido un viaje fantástico junto a vosotros, vamos a dar el todo por el todo en este último partido, os agradezco el trabajo. Se estaba despidiendo. Eso me consta porque gente del vestuario me lo ha dicho. Sin embargo, Colangelo le acaba convenciendo para que siga hasta Río’16, con el Mundial de por medio”.

Paniagua cree que serán los próximos Juegos Olímpicos los que pongan fin definitivo a la relación entre Krzyzewski y USA Basketball: “Creo que será así y que por esas fechas hará también un amago de anunciar que no seguirá más de dos o tres temporadas en Duke. Al final, el Cameron Stadium de Duke pasará seguro a llamarse el Mike Krzyzewski Arena. Con los títulos y las medallas que tiene será eterno y estará en el Olimpo de los grandes entrenadores de la historia”.