"Utah puede ser un buen sitio para mí, pero no he decidido cuándo me iré; tengo dos años más con el GBC"
Raúl Neto (Belo Horizonte, Brasil, 1992) ha pasado de promesa, cartel con el que llegó a Donostia hace dos años, a realidad. Más que eso, porque es uno de los jugadores del momento no solo en el GBC sino en toda la ACB. El pasado domingo deslumbró ante el Unicaja
Donostia. Con apenas 21 años, su palmarés impresiona. Ha disputado un Mundial (Turquía 2010) y unos Juegos Olímpicos (Londres 2012) con Brasil. Además, este pasado verano fue elegido mejor jugador en el Adidas Eurocamp de Treviso -donde se dan cita jóvenes valores de todo el mundo- y salió en el número 47 del Draft de la NBA. Tiene pinta de que su futuro estará, tarde o temprano, en la mejor liga del mundo, pero por ahora sigue progresando a las órdenes de Sito Alonso en el GBC. Se ha consolidado como base titular, es el octavo mejor asistente de la ACB (4,3 por partido) y uno de los más hábiles a la hora de recuperar balones. Su buen momento, junto con el de Doblas y Robinson, es uno de los motivos por los que la afición guipuzcoana vuelve a soñar con la Copa. Su madurez la demuestra no solo en la cancha, también a la hora de expresarse, lo que hace con más seguridad en sí mismo que cuando llegó.
Neto marcó el pasado verano su particular hito en el Gipuzkoa Basket, ya que es el primer jugador del club drafteado en la NBA. También hizo historia estampando su firma por cinco años, el contrato más largo que había firmado el club, ahora igualado con Goran Huskic.
Cinco victorias y sextos en la tabla. Imagino que estará satisfecho.
Estoy muy contento, pero más por cómo está jugando el equipo que por las victorias. Cada jugador sabe el papel que tiene y está haciendo lo mejor para conseguir esas victorias. El que tiene que defender, defiende; el que debe tirar, tira. Hemos tenido algún partido más para ganar, pero por ahora vamos bien.
El de Unicaja fue uno de los mejores partidos del club en la ACB.
Sí. Jugamos contra un equipo de Euroliga, con una plantilla muy buena y larga, y logramos ganarle con mucho esfuerzo. Llevábamos dos derrotas ya en casa y conseguimos dar ese paso adelante que sabíamos que teníamos que dar.
Con 52-51, anotó tres canastas seguidas en jugadas individuales que encarrilaron el partido. ¿Cómo decide tomar la responsabilidad?
Llevaba un partido no muy acertado. Estaba pasando bien el balón pero de cara al aro no estaba bien. Fueron tres bandejas importantes. Apenas había penetrado a canasta antes, pero vi la oportunidad de sorprender en ese momento y lo hice.
¿Se habla de Copa en el vestuario?
Sí que hablamos de Copa. Es un reto que tenemos desde el inicio de temporada. No es fácil porque hay otros cuatro equipos igualados con nosotros y sabemos que cada partido es importante para conseguir un puesto. Estamos en la pelea.
¿Está atravesando su mejor momento desde que llegó aquí?
Sí, como base sí. He aprendido mucho estos tres años de cómo comandar al equipo y de dónde poner el balón en los momentos finales. Estoy muy cómodo porque Sito sabe lo que puedo hacer y me está dando confianza este año. Me encuentro bien.
¿Hace menos faltas o los árbitros le pitan menos?
Un poco de las dos cosas. Al principio, cuando llegué, tenía muchas ganas de defender fuerte y de robar balones, y tenía un poco de ansiedad, lo que me llevaba a hacer faltas. No es que los árbitros no me respetaran, era por el ansia de querer robar un balón. Hacía faltas innecesarias que ahora no hago porque tengo más experiencia.
La experiencia deportiva aquí está siendo intensa. Un primer año muy exitoso y todo lo contrario en el segundo, con descenso incluido.
El primer año todo fue más sencillo gracias a los resultados, pero el año pasado aprendí más. Perder semana tras semana y venir a entrenar se hacía duro. Aprendimos mucho.
¿Qué podemos esperar de este año entonces?
Este año podemos conseguir cosas importantes. Mejor que la última temporada seguro que lo hacemos. Lo podemos hacer incluso mejor que el primer año.
Por ahora han vuelto a enganchar a la afición.
Es uno de nuestros objetivos. Sabemos lo que podemos hacer. Podemos ganar a todos los equipos; trabajando duro y haciendo las cosas bien podemos lograr cosas importantes.
¿Qué me dice de Robinson?
Lo conocía de una temporada en Valladolid. Sabía que era un jugador de gran nivel. Entrena duro todos los días en defensa y en ataque. Además, habla mucho y se preocupa por enseñar a los jóvenes. En ese sentido me ha sorprendido. Es el líder del equipo.
Con 21 años pocos jugadores tienen tanto peso como usted en la ACB. Quizás el único que está un escalón por encima es Satoransky.
Puede ser. Hay buenos jugadores jóvenes, además varios son bases, que son los que más me fijo. Está Jaime Fernández, que tiene mucho talento, o mi compatriota Rafa Luz. No me creo mejor que ellos, aunque quiero ser el mejor. Intento hacer mi trabajo, y luego que decidan los demás si les parezco mejor o peor.
El último joven en irrumpir es Guillem Vives, quien por cierto hizo un partidazo aquí con el Joventut.
No lo había visto mucho y solo lo conocía de lo que me habían comentado Mikel (Motos) y Julen (Olaizola), que estuvieron con él en la selección sub'20. Es un muy buen jugador, que está haciendo un gran año.
¿Sigue entrenando tanto como en su primer año aquí?
Con Sito menos, pero intento venir antes para tirar y para recordar cosas que he trabajado con Sito. Hago menos entrenamientos individuales, pero seguimos metiendo muchas horas aquí. Hay que seguir entrenando duro.
¿Estaba acostumbrado a trabajar tanto en Brasil?
Sí, porque siempre me ha gustado entrenar. Como mi padre era entrenador, a veces quedaba con él para tirar, y solía entrenar con el equipo juvenil y con el sénior. Entrenaba cuatro horas al día y me pasaba todo el día en el club. Si había algún amigo jugando una pachanga, me apuntaba.
¿Le exigía mucho su padre?
Intentaba no hablarme mucho de baloncesto en casa, pero cuando era entrenador sí me exigía mucho, como a mi hermano mayor, que también jugó con él. Tengo dos hermanos: el mayor ya no juega y el pequeño está en Estados Unidos estudiando y jugando.
Usted es el mejor de los tres.
Bueno, el que más cosas he conseguido. El pequeño es mi mayor fan, siempre dice que me quiere ver en la NBA. Tiene 19 años y el mayor 23, yo estoy en medio. Creo que de pequeños dábamos mucho trabajo a mis padres.
¿Cuándo empezó a jugar?
Desde pequeño iba con mi padre a los entrenamientos, y en casa cogía el balón y jugaba con mis hermanos. Con ocho años empecé a entrenar ya en un equipo. En Belo Horizonte ya empecé a jugar de forma profesional.
Cuando tenía 14 años se interesó por usted el Estudiantes pero no vino. ¿Era demasiado pronto para marcharse de Brasil?
Creo que sí, era un poco pronto para salir de casa. Mis padres me dejaron elegir, pero para ir a otro país con 14 años, solo, era muy pronto.
La llamada del Gipuzkoa Basket, cuando usted tenía 19 años, llegó en un momento más adecuado.
Sí, aquel año ya tenía pensado irme de Brasil, aunque fuera a jugar a la LEB Plata o la LEB Oro. Quería esa experiencia de jugar fuera y el GBC vino con la mejor opción: jugar en la ACB en un club como este, que cuida a los jugadores, fue la oportunidad perfecta para mí.
¿La presencia de Sito Alonso como entrenador influyó?
Sí. Estaba con la selección cuando me llamaron y Marcelinho Huertas me dijo: "He estado con ese entrenador, es muy bueno, muy trabajador y le gusta enseñar a los jóvenes. Con él vas a jugar y a mejorar". Así que el entrenador también fue importante para venir.
¿Qué le pide Sito?
Lo mismo que a los demás: tener ambición, ser mejor cada día, competir siempre y querer ganar. He cogido un poco de esas cosas de Sito e intento tener la ambición de ser mejor y aprender cosas nuevas.
¿Cree que, pese a su nivel, pasa un poco desapercibido en la ACB?
No sé, creo que es normal. La atención de la ACB y de la afición está puesta en los equipos de arriba. El GBC está creciendo, lo que hicimos hace dos años jugando la Copa y el play-off y lo de este año hace que la gente mire más hacia aquí. Nosotros tenemos que hacer que esto cambie.
Su último verano fue intenso. Selección, el Eurocamp de Treviso y, sobre todo, el puesto 47 en el 'Draft'. ¿Cómo vivió aquel momento?
Fue muy emocionante. Estaba allí con mi padre y hablaba con mi madre por Whatsapp. Cuando dijeron mi nombre nos emocionamos mucho. También mi hermano pequeño, pegó un grito y despertó a todos sus amigos. Fue una experiencia inolvidable.
¿Esperaba estar más o menos en esa posición?
Sí, me habían dicho que quizás estaría entre el puesto 40 y el 50. Me eligió Atlanta y me traspasó a los Utah Jazz. Jugué tres partidos de la Summer League con ellos. No había entrenado ni nada, no conocía a ninguno de los jugadores y era mi primera vez jugando la Liga de Verano, pero creo que lo hice bien.
¿Se ve en Utah en un futuro cercano? ¿Es una buena ciudad y un buen equipo para usted?
Creo que sí me veo ahí. Me han acogido muy bien desde el principio, y siguen hablando con mis padres y a veces conmigo. Es un buen sitio, una ciudad tranquila para centrarme en el baloncesto. Me gusta.
¿Esta será su última temporada en el GBC?
No sé, cuando llegué firmé por cinco años, así que me quedan este y otros dos. Puedo quedarme otras dos temporadas aquí, no sé, ya lo decidiremos.
Es internacional absoluto desde 2010. En principio, Brasil está fuera del Mundial de España del año que viene, pero pueden recibir la invitación para jugar. ¿Cree que la FIBA les dará una plaza?
Sí, creemos que recibiremos la invitación. Los jugadores importantes ya han dicho que jugarán si invitan a Brasil. Sería una pena que Brasil estuviera fuera del Mundial porque tenemos un gran equipo y es un país que ha jugado todos los campeonatos. Espero que nos inviten.
Ha vivido ya unos Juegos Olímpicos, los de Londres. Los siguientes son en su país, donde presumiblemente llegará como uno de los líderes de la selección.
En tres años pueden pasar muchas cosas, pero espero mejorar y tener un rol diferente al actual en la selección. En 2016 tendré 24 años y es un reto llegar allí en las mejores condiciones posibles. Quiero mejorar cada día para estar allí a buen nivel.
¿Echa de menos Brasil?
Sí, claro. El país, mis amigos, mi familia, la comida... Pero aquí estoy muy contento. Me llevo bien con los del equipo. Con Julen y Mikel tengo una amistad más grande por el tiempo que llevamos juntos y por la edad. Hacemos planes y esto me hace olvidar un poco y no echar tanto de menos mi país.
¿El límite es el cielo? (Tiene un tatuaje en el pecho con la frase 'Sky is the limit').
Es una frase que tengo en mente, estar siempre mejorando, no ponerme límites. Mejorar cada día y no ponerse límites es importante. Me lo hice hace cuatro años o así en el pecho. Me lo descubrieron por el calendario que hicimos en mi primera temporada aquí con el Bera Bera; si no, todavía no lo sabríais.