ESPAÑA: Rudy Fdez. (14), Calderón (3), Ricky (10), Claver (6) y Gasol (2) -cinco inicial-, Aguilar (0), Rodríguez (5), Rey (4), Llull (8), San Emeterio (4), Gabriel (2) y Mumbrú (2).
REPÚBLICA CHECA: Pumprla (7), Hruban (2), Satoransky (5), Houska (3) y Vesely (7) -cinco inicial-, Barton (5), Jelinek (0), Benda (6), Balvin (0), Welsch (4), Kudlacek (0) y Svrdlik (0).
Parciales: 18-7, 33-25 (descanso), 47-37 y 60-39.
Árbitros: Ryzhyk, Rocha y Milojevic. Sin eliminados.
Incidencias: 3.150 espectadores en el Celje Arena.
dONOSTIA. Habría que elogiar la mediocridad para tratar de explicar el triunfo de España ayer ante la República Checa. Cuando un equipo mete 60 puntos y acaba ganando por 21 puntos, quiere decir que el partido fue horrible, impropio de una competición de este nivel. Si la campeona de Europa jugó bastante mal, sobre todo en el apartado ofensivo, los checos, herederos de aquellos Kropilak, Skala o Brabenec, lo hicieron aún peor. Podrá apelarse a que el equipo de Juan Antonio Orenga ha provocado, ante Croacia y ayer, las dos anotaciones más bajas en un Eurobasket en los últimos 52 años, pero no cuela. Si España pretende ganar medalla en 2013 con tanteos propios de la prehistoria del baloncesto, lo lleva claro.
Del tercer partido del campeonato debe salir más preocupada la selección española, pese a que ya lleve dos victorias y tenga la clasificación para la segunda fase a tiro. Al fin y al cabo, los checos, con seis jugadores que han jugado o juegan en la Liga Endesa, no son aspirantes a nada. Los de Orenga siguen dejando algunas dudas en su estructura de equipo y en la utilización de sus recursos, que son más de los que está pareciendo habida cuenta de que en tres partidos han sido incapaces de pasar de 70 puntos. Ayer se quedaron en 60 y cerca de la mitad fueron producto de contraataques que desnudaron el mal balance defensivo de la República Checa. El ataque posicional fue algo indescifrable, de tal forma que Marc Gasol, el eje sobre el que debe girar todo el juego de España, acabó con dos puntos y solo cuatro tiros en 31 minutos de juego.
correcalles Los españoles se adelantaron con un 18-7 gracias a una buena actividad defensiva, pero en el segundo cuarto sufrieron un colapso de cinco minutos sin anotar que permitió a los checos colocarse a dos puntos (20-18). Mumbrú jugaba de cuatro para desnudar la apuesta de Orenga por Claver y Aguilar, pero el ataque no fluía con naturalidad. Un triple de Rudy Fernández, muy activo en todas las facetas, cortó el parcial de 2-11 y lanzó a su equipo a devolver otro 13-2 que llevaba a cumplir los pronósticos en el descanso. Pero ambas selecciones viajaban con porcentajes de tiro inferiores al 30%, que hacían del duelo un ir y venir de carreras de una a otra canasta, pero con un baloncesto de ínfima calidad.
Así, la primera canasta del segundo tiempo tardó tres minutos y medio en llegar. La República Checa exhibía todas sus carencias, de las que se contagió su rival. Una cosa es la camaradería de los prolegómenos -Jelinek y San Emeterio son compañeros en el Laboral Kutxa, Ricky, Rudy y Barton lo fueron en la Penya y Gabriel y Welsch en Málaga y Estudiantes- y otra, hermanarse en el error.
El duelo de NBA entre Gasol y Vesely defraudó porque ambos estuvieron muy mal alimentados y solo cuando Ricky y Rudy desplegaron sus artes defensivas, se animó el partido, aunque fue a costa de que la República Checa anotara solo dos puntos en el último cuarto después de haber estado a cinco (42-37). Los checos tienen pocos puntos en sus manos y, de momento, la España de 2013 también. No es fácil cambiar la mentalidad de varios jugadores en apenas unas semanas, pero con 65 puntos por partido, veinte menos que hace dos años, las aspiraciones parecen muy limitadas porque el día que falle la defensa...