NO lleva ni tres meses sentado en el banquillo del equipo, pero ha sido tiempo suficiente para transformar al Unicaja. El conjunto malagueño había quedado, a mediados de enero, fuera de la Copa del Rey por segundo año consecutivo, lo que puso fin a la controvertida etapa de Aíto García Reneses como técnico. Para sustituirle llegó Chus Mateo, un reputado entrenador ayudante ávido de tener una oportunidad como técnico principal. Ya había demostrado su valía siendo el segundo de a bordo en el Real Madrid, el Unicaja, el Fuenlabrada e incluso en la selección, y asumió con entusiasmo el reto de devolver al club malagueño a su sitio.
Por ahora lo está consiguiendo, porque cogió al equipo en décima posición, con un balance de 8-9, y actualmente es sexto, con una marca de triunfos-derrotas mucho más acorde a su potencial: 16-12. De hecho, el Unicaja es el tercer mejor equipo de la segunda vuelta, en la que ha ganado ocho partidos de once, igual que el Real Madrid y a un solo triunfo del Barcelona y el Valencia, los mejores de la segunda parte de la liga. Y va a más, porque ha ganado los últimos cinco encuentros de forma consecutiva, aunque gracias en parte a un calendario que le ha permitido jugar cuatro de esos cinco encuentros como local.
Chus Mateo ha ido moldeando el equipo a su gusto poco a poco. Al llegar dijo que tenía que cambiar "la mentalidad" de su plantilla. Pronto se dio cuenta de que eso no iba a ser suficiente y pidió el fichaje de Gerald Fitch, a quien había tenido a sus órdenes en Fuenlabrada. El Unicaja no tenía a un killer exterior como él y está agradeciendo la llegada del americano. Luego fue introduciendo en la dinámica del equipo a dos jugadores de su vinculado de la LEB, el Axarquia: Pablo Almazán y, sobre todo, el gigante Nedzad Sinanovic, de 220 centímetros de altura y que les está dando consistencia en la zona.
La guinda de este Unicaja que Chus Mateo ha ido reinventando sobre la marcha es Jorge Garbajosa. El club malagueño se interesó en el ala-pívot -un ídolo en el Carpena porque fue pieza clave en los títulos de Copa en 2005 y Liga ACB en 2006- en cuanto el Real Madrid le dio la baja, pero la operación no cuajaba y la dejaron de lado. Hasta que el Unicaja perdió en su visita al Estudiantes y Mateo pidió un esfuerzo a la directiva. Llegó el ídolo y la moral en Málaga subió por las nubes. La del 6 de marzo fue la última derrota del equipo de Chus Mateo, que tiene claro ahora su equipo, en el que no tienen cabida ni el griego Printezis -pese a que cobra 1,5 millones de euros por temporada- ni Guille Rubio. Incluso Terrell McIntyre empieza a ser decisivo, como en aquel triple milagroso que derrotó al Madrid. El resultado es que el Unicaja lleva cinco victorias consecutivas, su mejor marca de la temporada, y ha pasado de tener el play-off en el aire a ser el rival al que nadie quiere medirse en las eliminatorias por el título.