Donostia. La clasificación no aprieta, porque la zona de descenso sigue estando muy lejos, pero el Lagun Aro GBC necesita ganar esta tarde-noche al Unicaja en el San Sebastián Arena (20.00 horas). Lo necesita sobre todo para dar una alegría a su afición, sumida en el desencanto ya que en los últimos tres meses y medio solo ha visto ganar a su equipo dos veces. La derrota parece haberse convertido en rutina y hay que cambiar esa sensación antes de final de temporada. Ganar supondría calmar los ánimos; perder, en cambio, no haría más que aumentar el cabreo de unos seguidores que, en caso de otro tropiezo, mostrarán previsiblemente su enfado al final del choque.
Para vencer hoy, la plantilla que dirige Pablo Laso deberá cambiar su actitud. En los últimos cuatro choques la relajación se ha apoderado de los jugadores, que han jugado sin chispa y han puesto las cosas demasiado fácil al rival. El cambio debe empezar desde la defensa. Si el equipo guipuzcoano se emplea a fondo en labores defensivas, cosa que no ha hecho últimamente, tendrá opciones de triunfo. No es un problema de un jugador u otro, sino del equipo en general. Cerrar el rebote y reducir las pérdidas de balón, dos de los grandes problemas de este Lagun Aro, será también necesario para optar a ganar.
un unicaja lanzado Enfrente estará el mejor Unicaja de la temporada. Tras pasarse media liga dando tumbos con Aíto García Reneses, Chus Mateo lo ha convertido en el equipo más en forma de la liga gracias a sus cinco victorias consecutivas. Terrell McIntyre, Gerald Fitch, Joel Freeland y su capitán Berni Rodríguez se presentan como los mayores peligros cajistas.