Donostia. El Lagun Aro GBC necesita ganar, paladear una victoria después de tanto tiempo de sinsabores. Las tres últimas derrotas encajadas en un plazo de ocho días -dos después de prórroga ante Bilbao Basket y Real Madrid y la última por paliza en la visita al Valladolid- han vuelto a dejar los ánimos tocados. El equipo compitió bien en dos de esas tres citas, pero perdió y en el deporte profesional lo que cuenta es ganar, lo cual solo ha logrado hacer el Lagun Aro en dos de sus últimos trece partidos.
Este balance de 2-11 no ha traído consigo ningún apuro clasificatorio, ya que a los equipos de abajo les cuesta horrores ganar y el conjunto de Laso cuenta con una comodísima renta de cuatro victorias sobre la zona de descenso. Sin embargo, las opciones de luchar por entrar en el play-off se han escapado definitivamente pese a que el técnico del GBC trate de levantar el ánimo del personal diciendo que aún pueden engancharse a la pelea. Lo cierto es que el conjunto guipuzcoano está en tierra de nadie y que no es fácil encontrar una motivación para esta recta final de temporada. Sin embargo, debe sacar fuerzas de flaqueza para dar una alegría a su afición, a poder ser hoy mismo contra el DKV Joventut (12.30 horas).
El conjunto verdinegro es un rival asequible, que ha perdido por lesión a su máximo anotador, Carl English, y a su primera rotación interior, Henk Norel, dos jugadores que han minado su potencial. Pese a que ahora le cuesta más ganar, está en el puesto doce, con un balance de 12-13 y con opciones de meterse en el play-off. Además, sigue contando con jugadores muy a tener en cuenta como son Jordi Trias, Robinson, Franch, Hosley, Pere Tomas y sobre todo Will McDonald. El pívot es su mejor hombre y pararlo sería tener muchas opciones de triunfo.
En el partido de la primera vuelta, el Lagun Aro estuvo a punto de ganar en Badalona y solo una canasta al final de English lo impidió. Toca revancha y para eso será necesario que Salgado y Doblas -el antídoto contra McDonald- recuperen su nivel, y que Panko y Baron vuelvan a ser esa pareja que tome las riendas ofensivas.