NO juega para defender, juega para atacar. La atrevida filosofía de juego de Pepu Hernández, técnico del DKV Joventut, ha encontrado el perfecto aliado en la juventud de su plantilla y el conjunto verdinegro pasa por ser uno de los más vistosos de la ACB. Los puntos están asegurados en sus partidos, porque su alta producción ofensiva suele venir acompañada de una fragilidad atrás que también le hace encajar más canastas de lo habitual. Los datos hasta la jornada 25 muestran que la Penya es el segundo equipo que más puntos mete por partido (77,84, solo por detrás de los 78,32 del Caja Laboral) pero el que más puntos recibe: 81,28, casi cuatro más que el segundo peor en este ranking, el Granada con 77,80.

Pocas veces apura el Joventut los 24 segundos que marcan el límite de cada posesión. Si puede, evita el ataque estático y a sus bases no les gusta estar botando el balón durante catorce segundos. El Joventut prefiere jugar en transición, forzando que la defensa rival no esté colocada para buscar tiros rápidos. Pepu Hernández tiene a los jugadores ideales para practicar este tipo de juego. Dos bases eléctricos como Russell Robinson y Josep Franch -calificado por Laso como "uno de los mejores bases a campo abierto de la liga"-, pívots especialmente móviles como Jordi Trias y Will McDonald, y aleros que también se mueven como pez en el agua jugando rápido como son Quinton Hosley y Pere Tomas.

Pero al engranaje de Pepu se le cayó una importante pieza a finales de enero cuando su máximo anotador, Carl English, se lesionó. El canadiense, uno de los más reputados anotadores de la ACB, promediaba 15,1 puntos por partido y, sin él, un equipo que rondaba los 80 tantos por partido ha pasado a meter una media de 73,75. Sus compañeros tratan de multiplicarse para paliar su baja, pero la ausencia de un escolta como English es difícil de paliar.

El juego alegre del Joventut, sin embargo, no ha variado un ápice y esto en ocasiones le causa disgustos. De hecho, es el equipo que más puntos recibe por partido (81,20). Que el rival no te anote 80 puntos es uno de los mandamientos del baloncesto moderno, pero al conjunto verdinegro le han metido 80 o más tantos en catorce ocasiones. Sus cifras son incluso peores que las del Granada, colista hasta hace poco de la ACB, que encaja 77,80 por choque.

Mcdonald, Trias, Hosley...

Poderío reboteador

El rebote es un arma importante para poder llevar a cabo el juego rápido que desea Pepu Hernández, y ahí el Joventut está sobrado. Con una media de 37,12 capturas por encuentro, es el equipo que más rebotes coge de la ACB. Los jugadores verdinegros cierran con acierto su canasta, pero sobre todo van muy bien al rebote ofensivo, algo que deberá cuidar con especial esmero el Lagun Aro. En el partido de la primera vuelta jugado en Badalona, el Joventut cogió hasta 16 rebotes ofensivos, incluido uno a poco del final que permitió a English meter la canasta del triunfo. Trias (6,3 rebotes por encuentro), Hosley (6), McDonald (5,1) y Pere Tomas (3,8) son los mejores reboteadores de la Penya.

Pero no todos los apartados estadísticos son tan positivos para el Joventut. Su juego alegre tiene riesgos y es el equipo que más balones pierde por partido (17,36), tres más que el Lagun Aro (14,76). Cuatro de sus jugadores -English, Hosley, McDonald y Robinson- están entre los quince jugadores que más posesiones desperdician. La Penya no entiende de términos medios.