El ídolo y su sucesor

El difícil proceso de adaptación para cualquier jugador que llega a la ACB fue más acusado en el caso de Aaron Jackson. El base norteamericano no solo llegaba a una nueva ciudad, una nueva liga y un nuevo equipo. También debía quitarse de encima el peso de un nombre, el de Javi Salgado, que oía en cualquier conversación. La sombra del base de Santutxu era -y sigue siendo- muy alargada. No en vano, había sido durante nueve temporadas, junto a Txus Vidorreta, el emblema de un club, el Bilbao Basket, al que llevaron de la LEB 2 a la Copa del Rey, a los play-off por el título o a Europa, algo que parecía una quimera hace una década.

Sus primeros compases en la ACB no fueron fáciles. Un partido bueno, uno malo... su irregularidad y la del equipo eran un problema y en Bilbao algunos se acordaban de Salgado, sobre todo tras el partidazo de éste en el derbi jugado en el San Sebastián Arena (19 puntos, 2 asistencias y 5 faltas recibidas en 23 minutos). Pero poco a poco Jackson fue quitándose de encima el peso de su predecesor en el puesto, fue entendiendo la liga y fue conociendo a sus compañeros, hasta que logró dar la vuelta a la situación hasta convertirse, hoy por hoy, en uno de los bases más temidos por los rivales. El de Hartford, compañero de Jimmy Baron Jr. en la Worcester Academy en Estados Unidos -ambos siguen manteniendo una gran amistad-, impresiona por un físico al que muy pocos unos de la ACB pueden equipararse. Cuando penetra es imparable y, además, en los últimos partidos está muy atinado en el tiro exterior: hace dos semanas hizo un 3/4 ante el Valladolid y hace siete días metió los tres triples que tiró en Badalona. Un jugador, por tanto, muy difícil de defender, que hace correr al equipo y que no le importa jugar más de 30 minutos, poniendo al partido un ritmo asfixiante.

Su capacidad está más que demostrada, pero hoy tendrá una prueba de fuego ante el propio Salgado, de quien Jackson siempre ha hablado bien. Entiende cuál ha sido su importancia en la historia del Bilbao Basket. "Tengo mucho respeto a lo que ha hecho Salgado aquí, pero mi deber es tratar de superarle en la cancha. Me siento muy bien en los últimos partidos, solo debo trabajar para seguir así", ha comentado esta semana el americano.

¿Una pareja Jackson-Salgado?

"Cuando me fui ya dije que tenía sitio en Bilbao"

Mucho más especial será el choque para Salgado. Ya jugó en Bilbao con motivo de la inauguración del nuevo pabellón en Miribilla -momento que fue aprovechado para rendirle un homenaje y colgar su camiseta del techo del recinto-, pero hoy volverá en partido oficial, con todo lo que eso supone. El de Santutxu reconoce que tendrá los nervios "a flor de piel" en un día tan especial para él. "Ya viví en pretemporada algunas cosas, pero no es lo mismo un amistoso que un partido oficial en el que todo cuenta. Tendré que controlar mis emociones durante el partido", ha dicho Salgado esta semana en una entrevista concedida a Deia.

Las razones de su marcha no están aún claras y puede que nunca lo estén. ¿Fue decisión de Gorka Arrinda o de Fotis Katsikaris? Él nunca ha polemizado, porque sabe que tiene el favor de la afición. De hecho, acabado el debate sobre la valía de Aaron Jackson, se cuestiona si ambos hubieran hecho una buena pareja de bases, ahora que Javi Rodríguez no cuenta y que Josh Fisher no está dando el nivel. "Cuando me fui dije que pensaba que tenía sitio en el equipo y el tiempo me ha dado la razón. El Bilbao Basket está a un gran nivel, pero Jackson está jugando más de 30 minutos", comenta al respecto Salgado.

Hoy sabe que puede vivir un día complicado porque físicamente es muy inferior a Jackson y sufrirá en defensa, una carencia que tendrá que suplir con su inteligencia y visión de juego. "Es muy difícil de parar y cuando está enchufado arrastra a todo el equipo", dice del base de Hartford. "Está a un nivel de juego muy alto y esto hace que estemos viendo al mejor Bilbao Basket".

Hace cinco años, Salgado fue el verdugo del GBC con un triple en el último segundo. ¿Hará lo mismo hoy con su ex equipo? Y si lo hace, ¿lo celebrará? "No lo sé porque no creo que suceda", responde. "Me imagino que lo celebraría, pero siempre con respeto".