donostia. Las jornadas previas a esas 96 horas de alta tensión que la Liga ACB ha decidido adoptar como lema para promocionar la Copa que Madrid acogerá de jueves a domingo son propicias para las quinielas, los debates, la utilización de estadísticas, hechos históricos y argumentos para defender la postura de cada uno. ¿Por qué mi equipo puede ganar la Copa? Ésa es la cuestión, el ser o no ser.
Y cada uno, quien más quien menos, tiene motivos para el optimismo, para soñar con algo grande, para creer que cuando el próximo domingo se resuelva este gran misterio que siempre es el evento del K.O. serán sus jugadores los que elevarán los brazos hacia el cielo y los trabajadores de su club los que tendrán que hacer sitio en las vitrinas para ubicar en un lugar visible el trofeo.
Los incondicionales del Barcelona miran a su plantilla y a la trayectoria de su equipo y se dan cuenta de que tienen motivos de sobra para ser positivos. Hace un año ganaron la Copa en Bilbao y ni siquiera la lesión de Pete Mickeal ha podido frenar a un grupo humano largo y rebosante de calidad que funciona como un reloj, pero que si quiere volver a ganar este evento tendrá que derrotar a tres rivales y a ese gafe que dice que nadie enlaza dos éxitos desde que ellos mismos lo lograran en 1988. Desde el otro lado del cuadro también sonríen los madridistas. Aunque sufriendo, los de Ettore Messina llegan a la Copa, de la que son anfitriones, con diez victorias seguidas entre Liga y Euroliga y con ganas de demostrar que pueden superar a su bestia negra culé y acabar con una sequía en este torneo que data desde 1993. Eso sí, los merengues también tendrán que fulminar otro gafe, en su caso aquel que reza que el anfitrión no triunfa desde que el Caja Laboral, por aquel entonces Tau, lo lograra en 2002.
Los baskonistas, por su parte, aterrizan en Madrid con las dudas provocadas por la titubeante trayectoria reciente de su equipo, especialistas en las últimas semanas en dar una de cal y una de arena. Temen sus aficionados que el equipo de Dusko Ivanovic haya perdido la cohesión de antaño y ese carácter aguerrido que acabó convertido en marca de la casa, pero saben también que su equipo se crece en la Copa, que sabe jugar este torneo como ninguna otra escuadra y para demostrarlo esgrimen que en sus doce últimas ediciones han salido vencedores en cinco y, además, han disputado otras dos finales. Su primera piedra en el camino será el Bizkaia Bilbao Basket, irregular como pocos, capaz de lo mejor y de lo peor según tenga el día.
El anfitrión de la pasada edición sabe que debe aprovechar las grietas de la nave alavesa para intentar alcanzar las semifinales y para respaldar sus posibilidades recuerda que ya superó a las huestes de Ivanovic en el enfrentamiento liguero y que, pese a las dos últimas derrotas, en la primera vuelta tuvo contra las cuerdas al Barcelona y Real Madrid, hincando la rodilla en el último segundo.
lesionados Las lesiones serán la principal losa de los rivales de azulgranas y blancos en los cuartos de final. Pepu Hernández no podrá contar con Carl English y Henk Norel en su duelo de pizarras con Xavi Pascual, pero espera que su DKV Joventut pueda al menos ofrecer una imagen competitiva para optar a la campanada, algo a lo que también se aferra la afición amarilla del Gran Canaria, a la que la grave lesión sufrida ayer por Sitapha Savané ha sentado como un jarro de agua fría, ya que deja muy dañada la rotación interior que podrá utilizar Pedro Martínez ante las enorme torres de Messina.
El optimismo tampoco falta en los protagonistas de la restante eliminatoria de cuartos. La dura derrota sufrida ayer ante el Barcelona no debe minar la confianza de un Power Electronics Valencia que desde la llegada al banquillo de Svetislav Pesic se ha convertido en un enemigo temible para cualquiera y aspirante a todo, mientras que el modesto Blancos de Rueda Valladolid de Porfi Fisac llega a la Copa sin ningún tipo de presión, encantado de haber sellado ya la salvación, y dispuesto a aprovechar cualquier despiste de sus rivales para seguir haciendo historia, que por algo son ahora mismo terceros en la clasificación de la ACB.