El fenomenal trabajo de San Emeterio, bien seguido por Rudy y Llull, contagió al resto de sus compañeros que, cuando menos, consiguieron salvar la honra, aunque de nuevo una mala gestión de las últimas posesiones, condenó a la selección española al sexto puesto.
Lituania consiguió su primera medalla en un Mundial, la de bronce, al ganar a Serbia por 88-99, en un partido que dominó con comodidad ante un equipo serbio al que le pesó su eliminación en semifinales.