- La liberación tras 25 años en la cárcel del asesino del juez antimafia Giovanni Falcone conmocionó a Italia al recordar algunos de los más sanguinarios crímenes de Cosa Nostra o la mafia siciliana, además de reavivar la polémica por los beneficios que se otorgan a los colaboradores de la justicia, incluso tan despiadados como Giovanni Brusca.

Apodado Scannacristiani (Matacristianos) y U’ Verru (el cerdo en siciliano) y uno de los hombres más próximos al histórico capo Salvatore Totó Riina, Brusca abandonó el lunes a los 64 años la penitenciaría romana de Rebibbia y ahora permanecerá en libertad condicional durante cuatro años, según medios italianos.

Considerado uno de los mayores asesinos de la mafia, con más de 150 homicidios confesados, fue condenado inicialmente a cadena perpetua, pero su pena fue reducida a 26 años por cooperar con la justicia y revelar los entresijos que permitieron desbaratar muchas de las actividades mafiosas y proceder a numerosos arrestos. Poco después de su detención, el 20 de mayo de 1996, Brusca confesó su papel decisivo en la matanza de Capaci, en la que fueron asesinados Falcone, su mujer y tres agentes de su escolta el 23 de mayo de 1982 con 500 kilos de explosivos en una autopista de la isla de Sicilia (sur de Italia). En sus declaraciones ante los jueces, aseguró que fue él quien apretó el detonador.