- Las grandes instituciones comunitarias iniciaron ayer la que se espera sea la negociación final que determine en qué medida tendrá que recortar sus emisiones de CO2 la Unión Europea en 2030 con vistas a descarbonizar la economía de la UE a mitad de siglo.

Alcanzar un acuerdo en ese aspecto fundamental de la llamada Ley del Clima le permitiría a la UE, entre otras cosas, presentarse con un reforzado mensaje de ambición medioambiental en la cumbre virtual convocada para mañana por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El objetivo vigente es de un recorte del 40% de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los valores de 1990 y todos los colegisladores de la UE que participan en la negociación tripartita que arrancó ayer ya han demostrado su intención de ir mucho más lejos. La Comisión Europea y el Consejo (los países) reclaman que sea “al menos del 55%” mientras que la Eurocámara exige que se llegue hasta el 60%, en línea con el mínimo que piden las organizaciones ecologistas.

El texto en discusión es un pilar fundamental del Pacto Verde -la gran hoja de ruta de la Comisión Europea que plantea que en 2050 la UE solo libere el CO2 que pueda absorber en su territorio- sobre el que se está articulando gran parte de la estrategia político-económica de Bruselas.

A priori, todo indica que la meta será colectiva para toda la UE y que no se exigirá que cada uno de los Veintisiete la alcance individualmente, un peaje exigido por países carboneros del este como Polonia, Hungría o Eslovaquia para permitir avanzar la negociación.

A posteriori, habrá que dirimir también si, de cara a ese gran horizonte de desprenderse del carbono en 2050, la meta se fijará para el conjunto de la UE o se exigirá ese esfuerzo país por país.

Cerrar la negociación sobre la Ley de Clima, en vísperas ya del Día de la Tierra, que se celebra mañana, era una de las prioridades que se había marcado para este semestre la Presidencia portuguesa del Consejo de la UE.