Después de más de 40 horas ardiendo, el incendio en el Vedado de Eguaras permanecía activo y sin control a última hora de la tarde de ayer después de que se originara hacia las 20.00 horas del martes cuando una cosechadora trabajaba en un campo cercano. El incendio se acerca ya a las 700 hectáreas, lo que supone cerca de la mitad de la superficie de este enclave, reserva natural y uno de los puntos más mágicos y de mayor valor ecológico de Bardenas, pese a que no se enmarque administrativamente en este territorio. Según afirmaron desde Bomberos la afectación en el entorno sería "muy seria o gran afectación" lo que implica un daño ecológico "muy grande". Durante el día de ayer llegaron a trabajar de forma conjunta y coordinada hasta diez aviones o helicópteros, siete del Ministerio de Medio Ambiente y tres helicópeteros del Gobierno foral, 2 cisternas de Ejea y un total de 40 efectivos.

Los esfuerzos ímprobos durante toda la noche anterior de los bomberos (Tudela, Peralta, Tafalla, Estella, Sangüesa y Cordovilla), Guarderío de Medio Ambiente, de Bardenas, Cruz Roja y Protección Civil hicieron que durante la mañana se diera el incendio por controlado y perimetrado, pero el viento racheado de primera hora de la tarde lo desplazó al Este, hacia las 14.00 horas volvió a estar fuera de control y a las 18.30 había saltado a la zona de El Plano en Bardenas con muchos frentes abiertos.

Los responsables del dispositivo solicitaron a los agricultores de la zona que crearan conrtafuegos con sus tractores para ayudar en las tareas de refresco y remate. "El control del fuego se ve dificultado por la sequedad del terreno y la elevada temperatura, que provoca constantes rebrotes en diferentes localizaciones que tienen que atajar los bomberos", señalaron a media tarde.

El vedado de Eguarás es reserva natural desde 1987, realmente no pertenece a Bardenas, aunque se encuentre en su interior,y es término municipal de Valtierra. Es como un oasis de en medio de la Bardena Blanca, la parte más árida del desierto ribero, de algo más de 1.400 hectáreas.

Los bomberos llegaron rápido y pudieron controlar el perímetro de las llamas pero un cambio de viento hizo que la fuerza del fuego se multiplicara hacia las 21.00. Fue tan rápida la propagación y su descontrol que según el presidente de Bardenas, José María Agramonte, "en 10 minutos se presentó en la Estroza, a 2 ó 3 kms en linea recta por lo que tuvo que ser espeluznante verlo en el momento".

Uno de los bomberos que trabajó por la noche, Gustavo Gil, explicó cómo "mirabas a un flanco y en 10 minutos estaban cogidas las lomas. A la noche fue un infierno. Veías llamas hasta donde se perdía la vista, era una impotencia total". Pese a todo a las 20.30 la lucha contra el fuego era enconada, el viento seguía fuerte y a los medios aréos se unió un bulldozer y una motoniveladora, pero seguía sin control, aunque parecía "algo mejor".

retrato

un oasis en mitad del desierto

Alto valor ecológico. El Vedado de Eguaras perteneció a los reyes de Navarra, que lo usaban como territorio de caza. En el siglo XV, Juan II la cedió a mosén Pierres de Peralta; y ya en 1530 la heredad estaba en manos de Juan de Eguaras, un noble de Tudela, cuyo apellido ha quedado asociado a este enclave. A mediados del siglo XIX, la posesión era de los condes de Parent, y hoy los dueños son los condes de Cascajares, que explotan el vedado desde hace varias generaciones. Actualmente, el principal uso que tiene la finca es agrícola. El Vedado de Eguaras tiene una extensión de 13.400 robadas, de las que 6.000 son de uso agrícola. Cuenta con una densa vegetación mediterránea, pino carrasco, sisallo, tamariz, ontinar, lentisco, carrizos, espartales, y otras especies arbustivas donde encuentran refugio la liebre, el conejo y el jabalí. En los cortados que parecen una muralla natural, anida el buitre, el alimoche, y el águila real. También existe en las balsas y barrancos, la alondra Dupont y otras aves en peligro de extinción como ortega y ganga.