DONOSTIA - El local de trabajo del masajista investigado por presuntos abusos sexuales a tres menores de 13, 14 y 15 años en Donostia ha sido atacado por desconocidos que han roto el escaparate, en cuya fachada han hecho unas pintadas con aerosol en las que se le tacha de "abusador".

Según la denuncia por estos hechos formulada ante la Ertzaintza por la familia del masajista, a la que ha tenido acceso EFE, además de este ataque contra su centro de trabajo, uno de los allegados del masajista ha recibido un mensaje de Whatsapp con la imagen del investigado junto a un texto en que se afirma que "habrá consecuencias".

El hombre fue detenido el pasado sábado después de que, según han señalado a EFE fuentes del caso, una de las menores presentara una denuncia en su contra, a la que a lo largo del fin de semana se unieron las de las otras dos presuntas víctimas.

El departamento vasco de Seguridad dio a conocer el martes la detención del masajista por presuntos abusos a estas tres menores que "supuestamente habían acudido a recibir sendas sesiones de masaje" por parte del investigado.

Tras ser detenido, este hombre, representado por el letrado Juan E. Álvarez Fanjul, pasó ayer ante el Juzgado de Guardia de Donostia que acordó su puesta en libertad provisional con cargos, si bien adoptó distintas medias cautelares para garantizar su plena disposición a la autoridad judicial y la protección de las víctimas, así como para evitar una eventual reiteración delictiva.

En concreto, el investigado ha sido inhabilitado para ejercer su profesión de masajista con menores de 18 años, además de haberle sido prohibida cualquier comunicación con sus presuntas víctimas y acercarse a ellas a menos de 500 metros.

Además, el juzgado le retiró el pasaporte con la prohibición de abandonar el territorio nacional y la advertencia de que deberá comparecer dos veces por semana ante la correspondiente autoridad judicial para certificar su presencia en el país.

En su auto de adopción de medidas cautelares, el juzgado considera que los hechos podrían ser indiciariamente constitutivos de tres delitos de abusos sexuales, cada uno de los cuales podría ser penado con entre ocho y doce años de prisión.

Este documento aclara que el hombre "no niega haber dado masajes a las menores" si bien de su declaración se desprende que "niega haberlo hecho con intención de satisfacer ningún interés sexual propio".

Fuentes de la defensa han concretado que cuando ocurrieron los hechos las menores que recibían las sesiones siempre estaban acompañadas por una tercera persona y que los masajes se produjeron a través de una toalla, sin que existiera contacto directo con las chicas.

Estas fuentes han anunciado asimismo que tanto la hijastra del masajista, menor de edad, como su compañera sentimental se querellarán contra la madre de una de las presuntas víctimas por dos presuntos delitos contra el honor, tras haber asegurado en la televisión autonómica vasca ETB que la primera también habría sido sometida a abusos y que la segunda era conocedora de ello.

En sus declaraciones a este medio, la citada madre relata cómo el masajista habría planteado que los masajes eran "algo normal y natural" porque también se lo hacía "a su hijastra", tras lo que responde afirmativamente a una pregunta de la periodista sobre si la compañera del masajista era conocedora de lo que estaba ocurriendo.

La Policía vasca continúa ahora con las investigaciones para tratar de esclarecer lo ocurrido y averiguar si hay alguna víctima más en este caso de presuntos abusos.