La ayuda de 200 euros al mes por cada hijo200 euros al mes por cada hijo hasta que este cumpla los tres años comenzará a abonarse a partir de enero del año que viene, y ante cualquier eventualidad que pudiera surgir de la tramitación de esta nueva medida para fomentar la natalidad, la cuantía se abonaría "con carácter retroactivo".

Así lo ha señalado este martes el secretario general de Transición Social y Agenda 2030 del Gobierno Vasco, Jonan Fernández, en alusión a una de las medidas estrella para combatir el invierno demográfico que se ha cernido sobre Euskadi.

El Ejecutivo trata de crear las condiciones necesarias para despejar el sombrío panorama actual, con una tardía edad de emancipación de la juventud, la caída de la tasa de natalidad y el forzado retraso del deseo de tantas familias vascas de alumbrar a su primer bebé debido a su precaria situación económica.

El consejo de Gobierno ha dado luz verde este martes a la hoja de ruta que guiará los pasos a seguir en los próximos años. La Estrategia Vasca 2030 para el reto demográfico ya fue avanzada el mes pasado en la cámara vasca por el lehendakari Iñigo Urkullu, y hoy ha sido desgranada por el secretario general de Transición Social.

"Estamos ante un reto de primera magnitud", ha señalado Fernández, que ha destacado el alto grado de consenso alcanzado en la aprobación del documento. La estrategia incorpora las 74 resoluciones aprobadas en el pleno monográfico sobre esta materia que el Parlamento Vasco celebró el pasado 18 de mayo.

Contempla una ayuda directa de 7.200 euros por hijo a razón de 200 euros al mes durante los tres primeros años. Esta cuantia será compatible con las prestaciones actuales a familias numerosas entre los 4 y 7 años y con las ayudas por hijo o hija de la RGI.

DEDUCCIONES FISCALES

A esta pretación se añadirá el ahorro que supondrán las deducciones fiscales de 950 euros anuales por hijo, y de unos 2.100 por los dos. Aunque las actuaciones que puedan adoptarse en los próximos años no son, de por sí, una solución mágica para esta realidad poliédrica, el Ejecutivo vasco se ha propuesto crear un ecosistema de condiciones favorables para que ninguna persona se vea obligada a aplazar sine die su proyecto vital.

Así, la estrategia vasca pivota sobre cinco ejes: emancipación juvenil, construcción de familias, envejecimiento saludable, inserción migratoria y revalorización rural. El plan de actuación recoge cuatro medidas de impacto a corto plazo. Junto a la ayuda de 200 euros se contemplan préstamos sin intereses y con posibilidad de devolución a largo plazo para proyectos de emprendimiento, formación, o vivienda para jóvenes. El plan recoge también la gratuidad en la etapa de 0-2 años de las escuelas infantiles, reforzando el Consorcio Haurreskolak.

Además, según ha explicado el secretario general de Transición Social y Agenda 2030, a partir de ahora se incorporará la perspectiva demográfica en la elaboración de las leyes o programas de inversión. La estrategia incorpora además dos valores transversales: la perspectiva de género y el reconocimiento y apoyo a la diversidad familiar.

Un reto de primera magnitud al que se enfrentan todas las sociedades europeas, pero que ya se asoma en Euskadi con toda su crudeza, como así lo atestiguan los datos.HACE FALTA MANO DE OBRA

La población en edad laboral se ha reducido en 92.000 personas en apenas 20 años y las previsiones señalan que este descenso podría rozar los 300.000 para 2050. En las próximas tres décadas va a ser necesario incrementar la población en edad de trabajar en cerca de 400.000 personas, para lo cual la inmigración está llamada a cumplir un importante papel.

A todo ello se suma la edad media de emancipación de la juventud vasca, que se sitúa en 30,2 años, cuatro más tarde que la europea, lo que constituye un factor clave para el retraso en la construcción de proyectos de familia y en la edad en la que se tiene el primer hijo.

El despliegue, objetivos y actuaciones que contempla esta estrategia tienen presente, según señala el Gobierno Vasco, que el reemplazo generacional está directamente vinculado con la renovación de una sociedad y con su sostenibilidad. El desequilibrio demográfico incide de modo directo en el mantenimiento de las políticas de solidaridad intergeneracional así como de los servicios y políticas sociales.

Así, la estrategia proyecta "una visión integral y progresiva", alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, e implica, entre otras, políticas de vivienda, empleo, educación, socio-sanitarias, de migración y de prestaciones sociales.