iruela del mono. Como ocurriera con la "gripe española", es una errónea denominación porque no es el simio el vector del virus. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha manifestado que el brote ha sido inusual, por su localización en países no endémicos y su extensión a 26 países, pero los pacientes han presentado síntomas leves y se han recuperado sin necesidad de tratamientos. En consecuencia, no lo considera una emergencia de salud pública porque el riesgo actual es bajo, no se prevé un aumento de casos y es factible que desaparezca en las próximas semanas, dado que la población conoce los síntomas y métodos de prevención.

A diferencia de la viruela que dejaba en los enfermos secuelas visibles en forma de cicatrices faciales, en este caso las lesiones se extienden del tronco a las extremidades, y con frecuencia se localizan en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Pueden afectarse, además, las membranas mucosas, conjuntiva y córnea, debiendo ser objeto de seguimiento por el especialista en dermatología.

A modo de anécdota documentada, en el brote multifocal que se detectó en 2003 en Estados Unidos, al tratarse de una enfermedad desconocida hasta ese momento en el hemisferio occidental, se activaron todas las alarmas de inteligencia sanitaria ante la sospecha de un episodio de ataque biológico inducido por Sadam Hussein, circunstancia que fue descartada gracias a la investigación epidemiológica y al diagnóstico laboratorial, que lo relacionaron con una importación legal de pequeños mamíferos desde Ghana.

Es una zoonosis cuyo principal reservorio en las zonas endémicas -Cuenca del Congo y África Occidental- son los roedores, ratas y ratones, y posiblemente circule entre otros mamíferos como ardillas, lirones o primates. No se debe descartar que afecte también a otros animales, aunque no se han descrito casos en Europa. En áreas endémicas, el virus se transmite a los humanos a través de la mordedura, arañazos o por contacto directo con sangre, carne, fluidos corporales o lesiones cutáneas, o en mucosas de animales infectados.

Si los propietarios de mascotas no pertenecen a ningún grupo de riesgo y se relacionan con otros cuyos dueños tampoco lo son, tranquilidad absoluta. Si son sospechosos o positivos y tienen alguna mascota, deben consultar con su veterinario.

No confundir con la tiña -dermatofitosis-, producida por un hongo. Se ha dado un notable incremento de casos de sarna diagnosticada en personas en los últimos meses, coincidiendo con la pandemia del covid-19 y el confinamiento, achacable al contacto estrecho y prolongado entre convivientes, alguno de los cuales estaba infectado, en la familia, la práctica del sexo, el grupo de la guardería, las aulas en la escuela, las residencias de ancianos, de estudiantes o las prisiones o por compartir prendas de vestir o ropa de cama. Se relaciona con el hacinamiento y erróneamente con el déficit de higiene. Las duchas o baños habituales no previenen el contagio.

Es una zooparasitosis, conocida desde el origen de la humanidad y descrita en el siglo XII por santa Hildegard von Bingen (Baviera) en su libro Phisica, que propone el azufre como tratamiento pero que nunca se ha podido controlar. Presenta una incidencia cíclica, de unos quince años de intervalo, entre pandemia y pandemia, pero no ha despertado especial interés para la investigación.

El agente causal es un microscópico ácaro o "arador de la sarna" llamado Sarcoptes scabiei, cuya hembra excava galerías en los pliegues de la piel -ingles, axilas, rodillas, codos, dedos de los pies- para poner sus huevos, ocasionando picazón en la zona. La necesidad urgente de rascarse para terminar por ocasionar heridas e infecciones en la piel. No invade más allá de la epidermis ni compromete a órganos internos. Los signos externos y síntomas pueden tardar hasta seis semanas en aparecer, pero se puede contagiar en fase asintomática.

Los animales y los seres humanos se ven afectados por distintos y específicos tipos de ácaros, pero pueden contagiar a la persona, aunque la infestación no prospere.

Existen tratamientos, permetrina e ivermectina, dos potentes pesticidas, aunque últimamente se está observando cierta resistencia. Es muy recomendable que todos los convivientes o grupos de contacto realicen el tratamiento al mismo tiempo, como debiera ocurrir, que no siempre ocurre, cuando aparecen los piojos. También tiene un componente psicológico muy importante, por el aislamiento social al que se somete al paciente sarnoso. Se deben lavar la ropa, toallas y ropa de cama de la persona afectada con agua jabonosa a temperaturas superiores a los 60 grados, y aquellas prendas que no se puedan lavar es conveniente introducirlas en una bolsa plástica sellada y mantenerla en un lugar apartado durante dos semanas para provocar la muerte de los ácaros por falta de alimento.

La reciente baja voluntaria por el mobbing del que dice haber sido objeto el médico Roberto Sánchez, coautor de la denuncia de las presuntas irregularidades en los exámenes para anestesistas de Osakidetza, que puso en marcha una investigación por parte de un juzgado alavés y que ha alcanzado a una veintena de especialidades, pone de actualidad un asunto que lleva cuatro años sub judice y, por lo tanto, no es oportuno pronunciarse.

Lo curioso es que es un secreto a voces en el último medio siglo y que, como ocurre en la universidad, la práctica es admitida por todos, lo que no la legitima. Uno aprueba, si el cacique quiere, se dedica a la rama de la especialidad que le asigna y asciende y, "cuando le toca", siempre que no se salga de la norma, claro. Los denunciantes osaron rebelarse contra el sistema y ahora sufren las consecuencias de su insurrección. Amanecerá algún día y veremos si mereció la pena.

. Menestra de verduras con los últimos espárragos de esta temporada. Txangurro al horno. Cerezas. Txakoli de Urruzola. Café. l

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