- Los desalojos provocados por el incendio generaron situaciones de desconcierto y tensión entre los vecinos de los portales colindantes a lo largo de la noche. Uno de los residentes del portal 2, Aitor, explicaba que lo peor de la madrugada fue saber “que había gente dentro de algunas viviendas” mientras las llamas salían ya por las ventanas del primer piso del portal cuatro.

“Me han despertado algunos ruidos de madrugada, pero no les he dado mucha importancia hasta que he empezado a escuchar gritos y alguien que me tocaba la puerta”, recordaba Aitor, que al salir a la calle aseguró haber visto como “las llamas llegaban hasta el techo”.

A partir de ese momento, la máxima tensión se vivió en el segundo piso, debido a que el humo impidió salir por la puerta a los habitantes de la vivienda situada sobre la que estaba ardiendo. En concreto, los inquilinos Elena Voicu, su pareja y un amigo de este, Marius Daniel, no pudieron salir del inmueble hasta la intervención de los bomberos. “El humo nos ha ido arrinconando cada vez más y hemos tenido que retirarnos a la parte trasera de la casa”, recordaba la propia Voicu, que tras el incidente no pudo volver a conciliar el sueño.

Desde la calle, Aitor y otros vecinos vivían la situación con angustia. “Han estado a punto de saltar por la ventana después de improvisar unas cuerdas con unas sábanas”, contaba el vecino del portal 2, recordando los gritos de los agentes de la Policía Local y de la Ertzaintza, que les pedían que no saltaran.

La rápida intervención del cuerpo de bomberos evitó males mayores y las personas atrapadas en el piso superior pudieron salir de la vivienda por la escalera extensible de uno de los camiones. Posteriormente fueron alojados en una pensión, asistidos por los servicios municipales.

Tras el susto, los bomberos apagaron el fuego sin mayores complicaciones y, a las pocas horas, la mayoría de los vecinos de los portales 2, 6 y 8 pudieron regresar a sus viviendas.

A la vuelta, Aitor solo tuvo que lamentar “un poco de agua” de los bomberos dentro de su casa: “No ha sido para tanto, pensaba que iba a estar peor”. De hecho, tras la intervención pudo pernoctar en su vivienda, aunque desde los servicios municipales se le ofreció una alternativa. Como el propio Aitor señaló, ya con una media sonrisa, “ha sido una buena librada”.

“El humo nos ha ido arrinconando y nos hemos retirado a la parte trasera de la casa”

Vecina del edificio afectado