Los técnicos del Ministerio de Sanidad y las comunidades de la ponencia de alertas han culminado un protocolo para la detección precoz de casos de viruela del mono, de los que hay siete confirmados y más de una veintena en estudio, mientras valora las opciones terapéuticas más eficaces contra esta inusual enfermedad.

Sanidad, a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), está valorando y analizando distintas opciones terapéuticas en función de su viabilidad y efectividad, tales como antivirales y vacunas, que este jueves el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), recomendó administrar a los contactos estrechos de alto riesgo.

En cualquier caso, de momento no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, aunque se pueden controlar los brotes. En el pasado, la vacuna antivariólica demostró una eficacia del 85% para prevenir la enfermedad. Sin embargo, la OMS advierte de que "la vacuna ya no está accesible al público, puesto que se suspendió su producción tras la erradicación mundial de la viruela. Con todo, la vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución de la enfermedad sea más leve". Por lo general, remite en la mayoría de los casos tras dos o tres semanas.

Esta enfermedad fue eliminada el 9 de diciembre de 1979 y el 8 de mayo de 1980 la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente la erradicación en el mundo de la viruela, una enfermedad contagiosa que afectó a millones de personas durante miles de años y que sólo en el siglo XX se calcula que ocasionó 300 millones de muertes.

En el Estado español, ya en el siglo XIX se implantó la vacunación frente a la viruela, aunque no fue hasta 1921 cuando se hizo obligatoria ante el aumento de casos y brotes. Posteriormente, en 1980, coincidiendo con su erradicación, se suspendió la vacunación. En este sentido, las personas mayores de 41 años -la vacuna se inoculaba entre los 12 y 15 meses de vida- probablemente estén vacunadas de la viruela y, por tanto, tengan una mayor protección frente a la viruela del mono. En cambio, las personas nacidas tras el año 1980 tienen más riesgo de contraer la enfermedad.

No obstante, la mejor opción para asegurarse de si una persona ha recibido o no la vacuna de la viruela es recurrir a la cartilla de vacunación, ya sea en formato físico o digital. En este documento figuran todas las vacunas que hemos recibido desde nuestro nacimiento.

Otra opción para saber si hemos recibido la vacuna -sin ser un método infalible ni científico- es una característica común que presentan la mayoría de las personas vacunadas de viruela. Se trata de una pequeña cicatriz en la parte superior del brazo. Y es que esta vacuna no se suministraba con una aguja hipodérmica, sino una aguja bifurcada que requería dos pinchazos y que dejaba una característica marca en la parte superior del brazo.