Fue a una edad temprana, en concreto a los tres años, cuando comenzaron los problemas para Mikel Aguirre por una malformación en las válvulas uretrales. “Las mías estaban reventadas y la orina iba hacia arriba, hacia abajo y tenía un montón de infecciones”, explica Mikel. Fue entonces cuando comenzaron las operaciones para reconstruir la zona uretral. “He ido con bolsas de orina, que se llaman urostromías, muchos años”, recuerda, pero hubo un momento, estando en Cruces, en el que los médicos no veían una solución. “Esa fue la primera vez que, en cierta manera, me desahuciaron”, recuerda Mikel. Sus padres no arrojaron la toalla y fue ahí cuando se cruzó en su camino la Fundación Puigvert, en Barcelona, donde tuvo lugar el primer trasplante, que ha aguantado 30 años. “Mucho tiempo”, se sincera este hondarribitarra.

Pero el funcionamiento de ese riñón “llegó a su tope” y Mikel comenzó a barajar la posibilidad de, esta vez, someterse a un trasplante de donante vivo. “Yo siempre la he contemplado. pero el que tiene que contemplarlo es la otra persona para dártelo”, sostiene.

La diálisis quedó descartada por un problema de una miocardiopatía. Además, la diálisis “no es la solución. Para un fallo renal la solución es el trasplante”.

Así las cosas, el tiempo comenzaba a apremiar. “Tenía un poco más de prisa que un afectado normal. Si me operaban de eso, perdía el riñón definitivamente. Había que aprovechar que el riñón no terminaba de estar mal y el corazón estaba estabilizado para realizar la intervención”, expone Mikel. Pero la situación no era sencilla. “Es algo que no se pide. Se notifica. Le dije a la gente cercana que si alguno se quería prestar, que se hiciera las pruebas.

  • Lea más: "Si tu condición física te lo permite, por qué no donar. Puedes hacer mucho bien"

Luego, se hagan o no se las hagan, ya no tienes que entrar, es una cosa muy particular”, analiza. “De hecho era un tema del que no se hablaba en la cuadrilla”, interviene Aren. “Es una decisión muy personal. Entiendo al que dice sí y al que dice no. Cada uno tiene sus razones”, expone.