22 de febrero. Promovido por la Comisión de Igualdad del Senado y aprobada por el Consejo de Ministros en 2010, la Secretaría de Estado de Igualdad, a través del Instituto de la Mujer, celebra cada 22 de febrero el Día de la Igualdad Salarial, jornada que en paralelo también conmemora la Comisión Europea. El primer Día Europeo de la Igualdad Salarial se celebró el 5 de marzo de 2011, haciendo referencia a que las mujeres debían trabajar 64 días adicionales para percibir las mismas retribuciones anuales que los hombres. En 2015, el Día Europeo de la Igualdad Salarial se trasladó a noviembre, para señalar con ello el momento simbólico del año en el que las mujeres dejan de ser remuneradas en comparación con los hombres.

22%

Según el último informe de Emakunde, la brecha salarial en Euskadi se sitúa en 7.213 euros de diferencia media anual entre hombres y mujeres y, aunque ha disminuido en 1,5 puntos desde 2015, es aún del 22,6%: la ganancia media de los varones es de 31.790 euros y la de las mujeres, de 24.757. En la Unión Europea, la brecha es menor. En promedio, las mujeres ganan un 16,4% menos que los hombres.

- A las puertas del Día Europeo de la Igualdad Salarial (22 de febrero), el colectivo de "mujeres" que limpian los edificios municipales de Zarautz sigue siendo la excepción, un caso aislado, tras refrendar en su convenio hace justo un año unas condiciones laborales semejantes a los "hombres" que limpian las calles del pueblo. Pocas como ellas en su sector han alcanzado una situación de reconocimiento hacia su labor: la ansiada equiparación. El de Zarautz puede considerarse, de hecho, como uno de los hitos en la batalla por la igualdad salarial, no solo en Gipuzkoa.

El sector de la limpieza es la punta de lanza en esta lucha. "La primera vez que el tema de la equiparación salarial se puso encima de la mesa en la limpieza fue en 2017", recuerda Mirari Irure, responsable de ELA-Zerbitzuak, y "a las propias limpiadoras les sonaba raro, porque lo veían como utópico, inalcanzable. No lo veían realizable".

Por otro lado, "las resistencias siguen ahí", en la empresa, incluso en el lado masculino, "a la hora de reconocer" el valor de la labor que desempeñan de forma generalizada muchas trabajadoras de sectores feminizados, reflexiona Irure. Y aunque se avanza despacio, tiene claro que este movimiento "es imparable".

Según cálculos del sindicato ELA, la brecha salarial en este sector en Euskadi es del 28% con respecto a los trabajadores dedicados a la limpieza viaria, sus semejantes. Y eso descontando los pluses de penosidad, que elevan aún más la labor de ellos.

En el caso de Zarautz, los vaivenes de la negociación y la acción sindical continuada durante años habían llevado a este colectivo de unas "40 trabajadoras" limpiadoras de edificios municipales a alcanzar de facto la equiparación salarial en 2019, pero aún había que refrendarla, amarrarla en un convenio. Y este se se firmó hace justo un año, el 17 de febrero de 2021: cinco años de acuerdo, con un salario base de 24.216,9 euros y una subida anual por encima del aumento del IPC, además de otro tipo de reconocimientos en cuanto a pluses y otras mejoras sociales como las "licencias retribuidas" y "un día retribuido de libre disposición".

Las cuentas para este año son claras. Así está firmado. Con la inflación disparada, solo falta que se haga efectiva la subida pactada, próxima al 8%. Y estas trabajadoras pasarán a cobrar este 2022 unos 26.300 euros brutos: 14 pagas de más de 1.500 euros limpios al mes.

Mirari Irure reconoce que "en estos momentos" el caso de Zarautz "encabeza el ranking de Gipuzkoa de salarios de edificios y locales en el sector de la limpieza; y me atrevería a decir en la CAV, aunque es cierto que en Osakidetza hay gente de limpiezas que ya tiene carreras profesionales con antigüedad y alcanza salario superiores. Pero en salario base, este es el más alto".

Para ello, recuerda, ha sido necesaria la lucha sindical, "porque estas mujeres ya fueron a la huelga en 2009 para mejorar sus condiciones y en 2016 tuvieron que volver a organizarse". Ahora, reconoce Irure, "estamos mejor; llevamos un par de años consiguiendo convenios sin tener que llegar a la huelga, pero ha habido periodos de lucha y los sigue habiendo en otros sitios".

La responsable de ELA valora el salto dado en este caso y habla de un colectivo "muy concienciado, que tiene muy interiorizadas la injusticias" y "se hace respetar". Pero la lucha tampoco ha terminado para ellas. Irure cree que en algunos ámbitos aún siguen cuestionándose estos logros, cuando en realidad es que para la equiparación real aún quedan flecos, incluso en Zarautz. Y entramos en el debate de los pluses.

"¿Qué es más penoso, limpiar baños o limpiar una calle con una barredora, que por el mero hecho de conducir una barredora cobra más? Es incomprensible", asegura la sindicalista. Pero el sector es consciente de que semejante brecha no se cierra de un día para otro y llevará tiempo.

"La brecha salarial es endémica, afecta a todos los sectores, incluso dentro de las propias empresas, puedes encontrar trabajos masculinizados más valorados; todos los pluses que se han ido creando, han ido valorando el esfuerzo físico, no el emocional que conlleva un trabajo. Incluso el propio cálculo de la brecha es androcéntrico", es decir, se calcula el porcentaje en relación al salario de los hombres, que es más alto y por tanto el tanto por ciento se reduce. Si se cogiese como referencia el salario más bajo de las mujeres, la brecha sería mayor", explica Irure.

Queda por recorrer, añade la responsable de ELA, pero la lucha sindical ha sentado ya unas bases importantes en esta vía. "Cada vez tenemos más casos y más trabajadoras que emprenden esa lucha. Es el camino. En Gipuzkoa, por ejemplo, las de comisarías y juzgados, que este año hará cuatro años que empezaron la huelga, en septiembre, están en el camino hacia la equiparación", asegura.

El objetivo a corto plazo, dice, es que, "al menos en el ámbito público desaparezca la brecha; sería un referente. Estamos ahora con el tema de las auditorías salariales a las que obliga la nueva ley. Nos parece una oportunidad para analizar los puestos de trabajo en cada sector y desvelar todas las diferencias que hay", expone Irure.

"Es el momento, yo creo que antes de esto teníamos una reflexión: que teníamos que traer al centro de todo el sindicalismo feminista, porque el primero que se ha organizado ha sido el mundo de los hombres, que es el que más ha avanzado". Por contra, asegura esta sindicalista, "la pandemia ha confirmado nuestras denuncias previas y se ha visto cuál es el trabajo esencial, el comercial de alimentación, las residencias, la limpieza, todo eso era esencial para que pudiéramos vivir".

Y sin embargo, esos sectores son los peor remunerados y los que realizan sistemáticamente las mujeres, inciden los sindicatos. Mientras que la industria, un sector masculinizado, está mucho mejor valorada.

"La brecha salarial es un problema endémico; el propio cálculo de la brecha es androcéntrico"

Responsable de ELA Zerbitzuak

"El objetivo a corto plazo es que desaparezca la brecha al menos en el ámbito público; sería un referente"

Las limpiadoras de edificios públicos de Zarautz pasarán a cobrar 26.300 euros este año, al aplicarles la subida pactada en el último convenio