- La sexta ola está dejando los sistemas públicos de salud en los huesos. Si ya estaban algo débiles, la sexta ola de la pandemia, con su altísima incidencia en cuanto a casos de covid, ha sido “el remate”, tal y como admite Manuel García, presidente del Colegio Oficial de Médicos (COMGI), en una charla con este periódico. Dice que “ningún sistema del mundo” ha podido con esta lucha contra el virus que llega ya a los dos años y que está agotando al personal sanitario. Además, explica que la rigidez del sistema sanitario hace imposible reforzar de forma inmediata las plantillas de médicos y pide que se recupere “cuanto antes” la atención en persona: “Al paciente hay que verlo, tocarlo. Me preocupan las patologías que no son covid y que no se están diagnosticando”.

La atención primaria, esa que tiene lugar en los ambulatorios o centros de cada barrio, “siempre ha estado un poco olvidada, y al final es lo más importante”, comenta Manuel García. Y es precisamente la atención primaria la que más está sufriendo desde el inicio de la pandemia, y más aún en las últimas semanas, en las que la falta de personal y las limitaciones para atender en persona están complicando sobremanera la relación entre el médico y el paciente, que es “básica”: “El enfermo tiene que tener su médico. Si un día vas y te atiende un médico, y al siguiente otro, pues no hay esa confianza porque el médico no conoce al paciente. Y menos en una conversación telefónica de unos pocos minutos, en los que no puedes resolver ciertas cosas. Al paciente hay que verlo, tocarlo. Si no hay esto, la gente va más a urgencias porque no se queda satisfecha y no está tranquila con sus dolencias o problemas”.

“La atención primaria está sobrepasada”, reconoce abiertamente el presidente del Colegio O ficial de Médicos de Gipuzkoa: “El otro día me decían desde un centro de salud que tienen de baja a tres de los diez médicos y no se han sustituido. No dan abasto. Luego hay una cosa que me comenta la gente y es que vas al ambulatorio y dices: Aquí no hay nadie. Pero los médicos están sin parar atendiendo por teléfono. Se había empezado en los últimos meses a hacer parte de la atención telefónica y parte presencial, pero esta nueva ola está siendo como un sálvese quien pueda”.

rigidez para contratar médicos

Osakidetza ha cubierto esta necesidad de personal con médicos jubilados que están gestionando bajas laborales. En Euskadi son 56 los facultativos que han recogido el guante y están dedicándose a esta labor. La pregunta que surge en esta situación es evidente: ¿Por qué no se contrata a más médicos en activo? La propia estructura del sistema complica algo que a priori debería ser tan fácil como simplemente contratar a más doctores para reforzar la atención primaria. “Hay que contratar a médicos que tienen el MIR. La atención primaria es una especialidad como cualquier otra. El problema es que el MIR es un numerus clausus (número limitado de plazas), que ha subido a algo más de 7.000 en toda España. Si se hace un esfuerzo y esta cifra aumenta a 8.000, se tardaría cuatro años en notar esa diferencia, porque es el tiempo que esos médicos están de residentes”, explica Manuel García, que cree que en su momento “no se hicieron bien los cálculos” y que “aumentar esa cifra no es fácil: hay que tener en cuenta la capacidad de los hospitales y que los sueldos de los MIR los pagan las autonomías”.

A esto se añade que la formación de los MIR la llevan a cabo “los tutores” y que en cada centro de salud “hay uno o dos tutores, con lo cual ese centro solo puede tener un médico o dos en formación. Esto limita la capacidad de regenerar. Los recambios no son fáciles, y ahora la pandemia ha revolucionado todo. Es difícil que haya más capacidad mientras el sistema siga siendo así”. Comenta el presidente del COMGI que en su momento se habló de “crear una oficina para que hubiera una mayor agilidad de contrataciones”, pero que “no salió adelante”. En estos momentos cifra en 1.800 los médicos de atención primaria que hay en Euskadi.

Pese a estas estrecheces de personal y a la sobrecarga de trabajo que absorben los profesionales, el presidente del COMGI considera que “habría que volver cuanto antes a la atención en persona”. “La telefónica no me gusta nada, pero es una cosa de protocolo (del Departamento de Salud). Desde el Colegio podemos pedirlo, pero la consejería no nos suele hacer caso. En este momento no es ni planteable que cambien el protocolo tal y como están los casos de covid”, admite Manuel García, que insiste en que la atención telefónica es “para cosas puntuales en pacientes que conoces”. Todo lo demás requiere de un contacto cara a cara: “La atención requiere que el médico te vea, gradúe tu estado de ánimo”.

Todo este escenario hace que Manuel García se muestre “preocupado por las patologías no covid”: “O se desatan con urgencia y te atienden en el hospital, o se quedan ahí sin detectar. Eso nos preocupa mucho. Pero es que la atención primaria no estaba preparada para una pandemia y no puede con eso, que ha obligado a aparcar todas las demás patologías. También hay momentos en los que se han retrasado operaciones. Hacer desde el principio dos circuitos -uno para el covid y otro para las demás patologías- habría sido lo ideal, pero seguramente no había capacidad para eso. Quizás se podía haber contratado médicos generales (sin MIR), formarlos en covid y meterlos en lugares para atender a estos enfermos”. Aclara el presidente del COMGI que no echa “la culpa a Osakidetza”: “Ningún sistema está pudiendo con esto, se ve en cualquier país del mundo”.

psicólogos para los médicos

Van casi dos años de pandemia, lo que está haciendo mella en la salud de los propios sanitarios. “No esperábamos que esto fuera tan largo, y la sexta ola ha llegado con fuerza”, reconoce Manuel García, que expone el cansancio del personal: “En las plantillas de atención primaria se están prejubilando todos los que pueden. Ahora precisamente voy a hablar con una sanitaria que quiere prejubilarse. Desde el Colegio hemos contratado un servicio de psicología donde pueden acudir si lo necesitan. Es que la situación hace que el paciente esté enfadado y que el ambiente sea más incómodo”.

La vacuna ha evitado que la situación sea bastante peor: “La vacuna ha sido vital. En la UCI del Hospital Donostia las dos terceras partes son no vacunados y la tercera dosis ha ayudado a mejorar la situación”. Y cree Manuel García que la vacuna “mejorará” y en un futuro próximo “evitará también la infección”: “A no tardar mucho la tendremos, seguro”.