A la hostelería le está tocando lidiar como puede con las medidas cambiantes que se adoptan para poner freno a la expansión del covid.

En esta ocasión, tras el primer varapalo judicial, el Gobierno Vasco ha decidido que en los pubs y bares especiales que se incluyen en la categoría III, a partir de las 22.00 horas, y los restaurantes con capacidad autorizada de plazas en comedor que supere los 50 comensales, se debe requerir a la clientela que acredite disponer del pasaporte covid.

La medida no ha sentado bien en un sector que lleva casi dos años sufriendo las consecuencias de la implantación de medidas varias y, auguran los profesionales de la hostelería, las que vienen serán diversas y no tardarán en dejarse notar.

La aplicación con la que desde sus terminales móviles los hosteleros validarán los certificados de la clientela ya está cargada en los teléfonos de quienes se vayan a encargar de esta tarea.

Pero la medida ha sido recibida con una mezcla de resignación y desesperación en el sector. Ander Esarte, del restaurante Txuleta, tiene ya todo dispuesto para controlar que quienes vayan a cenar a su establecimiento presenten para su validación el certificado covid.

Pero más allá de las molestias que este hecho pueda ocasionar, Esarte afirma que el miedo a que las medidas restrictivas vayan en aumento ya está teniendo consecuencias: "No sabemos qué va a pasar en las próximas semanas y nosotros al menos ya estamos comenzando a tener anulaciones de reservas, sobre todo de las de cenas de empresa y similares", lamenta Esarte.

Iñaki Apaolaza, de El Reloj del Boulevard, se muestra expectante y temeroso ante las situaciones que puede acarrear la solicitud del certificado en la puerta de los locales de ocio nocturno: "Pedir el pasaporte covid quizá no sea tan problemático, aunque hay que tener en cuenta que es una exigencia que se aplica a partir de las 22.00 horas y ya se sabe", apunta este veterano hostelero.

El mayor problema, afirma, derivaría de la posible exigencia de un documento de identidad que acredite que la persona que exhibe el certificado es, en efecto, quien entra al local. Porque en este extremo hay cierta coincidencia, la demanda del DNI u otra documentación identificativa puede provocar una respuesta negativa por parte del cliente, que podría negarse a mostrarla al personal que lo demanda.

Según informó el Gobierno Vasco, tanto los titulares de los establecimientos como "los agentes de la autoridad podrán requerir en cualquier momento a los clientes la exhibición de la documentación presentada para el acceso al local, a fin de comprobar la autenticidad de la misma".

Lo de cotejar la coincidencia de la titularidad del pasaporte con el documento identificativo de la persona que accede al local genera rechazo entre profesionales y clientes, algunos de los cuales, recuerda uno de los hosteleros consultados por este periódico, pueden hallarse en situación ilegal o en proceso de legalización en materia de residencia.

Otro de los profesionales con los que ha contactado NOTICIAS DE GIPUZKOA señala que en Francia, país que ya venía exigiendo la exhibición del pasaporte covid en los establecimientos hosteleros, en ningún caso le fue reclamado acreditar la coincidencia de identidad con otro documento.

Sea como fuere, desde la noche de este sábado para salir de juerga habrá que llevar el pasaporte covid muy a mano, así como para acudir a cenar con la cuadrilla a restaurantes de gran tamaño.