La presidenta de la Comisión de Garantías y Evaluación de la Eutanasia del País Vasco, Itsaso Bengoetxea, ha abogado por "socializar la muerte" y "hablar sin tapujos" sobre ella, ya que "es la única realidad presente en nuestra vida". Esta médica especialista en cuidados paliativos del Hospital de Galdakao (Bizkaia), que interviene en el XV Congreso Nacional de Bioética que se celebra estos días en Vitoria, ha instado a "romper el tabú" que la sociedad tiene con la muerte y a "sacarla de los hospitales y las instituciones".

Bengoetxea ha explicado en una entrevista con EFE que la nueva Ley de Eutanasia Ley de Eutanasia ha cambiado "el paradigma médico", que ha pasado de "curar" al paciente a "cuidar y paliar", con el "cambio de dirección" que ello supone para la medicina y el trabajo habitual de los médicos. Por tanto, quedan a su juicio "deberes por hacer" y "escollos por salvar" para que el sistema sanitario se adapte a esta nueva situación.

La Ley de Eutanasia, que se aprobó el pasado mes de marzo y entró en vigor en junio, dejó escasos tres meses de margen para preparar al sistema sanitario, "un tiempo insuficiente" para implementar las nuevas medidas en los hospitales, todo ello unido a la pandemia y a que se puso en marcha en periodo vacacional, lo cual tampoco ayudó.

Aún así, Bengoetxea ha celebrado que esta Ley viene a dar cobertura a una necesidad que no estaba resuelta como es que "cada paciente decida en qué momento y cómo quiere finalizar su vida".

En el Estado español hay 17 comisiones de Garantías y Evaluación de la Eutanasia, una por cada comunidad, que se encargan de resolver las solicitudes en "un plazo máximo de 40 días", comprobar que se cumplen todos los requisitos legales, revisar los casos con disparidad de opiniones y valorar las especificidades de cada uno de ellos.

La comisión más numerosa es la del País Vasco que cuenta con un equipo multidisciplinar de 25 miembros que incluye a médicos de diferentes especialidades, juristas, enfermeras, trabajadoras sociales y psicológas.

La Comunidad Autónoma Vasca fue la primera en aplicar la eutanasia a una paciente menos de un mes después de la entrada en vigor de la Ley y es que el mismo día de implantarse ya se registraron solicitudes debido a que "había gente esperando a su aprobación para poder solicitar la prestación" para finalizar su vida.

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Por el principio de cautela y de prevención y por la especial exigencia que esta prestación tiene en lo que a confidencialidad se refiere, Bengoetxea ha descartado revelar cuántas solicitudes han recibido hasta la fecha, aunque ha comentado que los datos "serán públicos en breve" tras la reunión que mantendrán el próximo miércoles en Madrid todos los presidentes de las comisiones de cada comunidad.

Aún así, ha explicado que "es lógico" que con la puesta en marcha de una Ley haya una mayor cantidad de solicitudes, al igual que ocurrió en su día en Holanda, donde al principio hubo muchas peticiones, luego un periodo con menos "para ascender nuevamente a lo largo de los años".

El procedimiento para solicitar la eutanasia comienza con una petición explícita del paciente, que tiene que tener "suficiente capacidad cognitiva para tomar la decisión" o haber expresado su intención previamente mediante un documento de voluntades anticipadas.

Este requisito excluye por tanto a colectivos como personas con discapacidad, víctimas de accidentes automovilísticos muy graves o personas con demencia y trastornos mentales que no han expresado sus voluntades previamente.

Por ello, para Itsaso Bengoetxea la pedagogía social es "determinante", así como mejorar e impulsar los cuidados paliativos que siguen hoy en día "sin ser una especialidad médica reconocida".