"Me llamó una persona del BBVA diciendo que solo había una solución y era entregar el piso o darles todo el montante. Me quedé cortado, no sabía ni qué decirles y no me dio tiempo ni a respirar casi". El que habla es Félix García, un pensionista donostiarra de 78 años que ha conseguido que un auto pionero dictado por el Juzgado de Primera Instancia número 7 de Donostia, obligue al banco BBVA a devolverle su piso de Larratxo 52 hipotecado y subastado.

García ha hecho estas declaraciones esta mañana en una rueda de prensa convocada por Stop Desahucios en Donostia, enfrente de la sucursal del BBVA de la Avenida de Libertad. García avaló el préstamo de su hijo para un negocio y el banco le interpuso una demanda de ejecución hipotecaria en enero de 2019 ante el impago de tres cuotas de 625 euros del préstamo hipotecario firmado en 2014 por un importe de 120.000 euros. "No me dieron tiempo, a los diez días ya habían subastado mi casa. No tardaron más. Entonces, me presenté en Stop Desahucios, donde me han atendido de maravilla, hay un grupo fantástico y me encuentro hasta un poco extraño porque no esperaba que las cosas irían por estos derroteros", ha recalcado el afectado.

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Según García, en ese momento no podía dar crédito de lo que pasaba. “Yo me veía totalmente hundido porque no aceptaron ninguna explicación”, ha destacado. Su vivienda fue adjudicada a un tercero que no es el banco. No se defendió con abogado y procurador ni tampoco se pudo oponer a las dos cláusulas abusivas de su contrato, los intereses de demora y sobre todo la clausula de vencimiento anticipado, declarada abusiva por el Tribunal de Justicia Europeo y por la que el Juez acuerda el sobreseimiento y archivo de la demanda incluyendo la subasta ejecutada.

Para mí es como una película, se están haciendo las cosas muy bien. En casa, incluso mi mujer, que estaba que se salía de la tabla, se ha pacificado y veremos a ver hasta donde llega todo esto”, ha destacado García. Sin embargo, creen que esto no se ha solucionado del todo todavía. Han vuelto a la situación anterior a la interposición de la demanda en la que se debía tres cuotas. Por lo tanto, BBVA puede volver a entrar en acción y empezar de nuevo todo el proceso. “Si podemos encauzarlo lo haremos porque si no, nos tenemos que ir a vivir a otra parte. Los precios que hay aquí son abusivos. Yo nací en Donostia y sé lo que estoy diciendo. Espero que se llegue a una negociación con ellos lo antes posible porque la espera es muy dura”, ha indicado.

En este momento, García ha admitido que se siente “relativamente contento”, aunque también siente miedo de que su pesadilla vuelva otra vez. “Ahora me siento un poco extraño, tranquilo. Es que el estado de ánimo de cuando yo llegué a Stop Desahucios es muy distinto comparando con el que tengo ahora”, ha recalcado.