- “Tenemos la impresión de que hay un aumento significativo en tendencias de autolesión y tentativas de suicidio; estaba pasando antes del confinamiento y este ha tenido un efecto fuerte, duro”, asegura el psiquiatra García Ormaza, porque “ha imposibilitado a muchísimos adolescentes estar con su gente y el grupo en esa edad es irrenunciable, insustituible”, explica.

“El grupo es el lugar donde nuestras y nuestros jóvenes aprenden, ven, ensayan, se equivocan. Lo es todo. ¿Y qué ha pasado en el confinamiento? Que no se han podido ni ver, ni conocer, ni equivocarse”, añade. Es más, el confinamiento ha aumentado las horas de pantalla y García Ormaza asegura que “sí hay una evidencia clara, no solo el riesgo de uso excesivo de redes, sino que, a más horas de consumo de pantallas (once horas por habitante y día), más conducta suicida. Porque es un tiempo que estamos quitando a algo imprescindible”, apostilla.

A falta de amigos, “Internet es donde los jóvenes van a saciar esa necesidad de probar. Y eso es lo peor de la red en este caso. Si un compañero me dijera que está atravesando una tormenta emocional, no se me ocurriría para nada decirle que se autolesione; ahora, si esa persona no tendría la oportunidad de preguntar en ese grupo y lo busca en la red, vete a saber lo que aparece”, lamenta el psiquiatra.

De hecho, la huella digital, hoy en día es clave. “Por desgracia, casi siempre que hay una tentativa de suicidio, en las horas o días previos, hay una huella digital que no advertimos, por desgracia, hasta después del acontecimiento”, concluye.