El conflicto que mantiene el sindicato ELA con la Diputación en las residencias de mayores ha entrado en un nuevo escenario tras conocerse el informe preliminar de una inspección llevada a cabo por los servicios del departamento foral de Política Social en el centro Txara-1 de Donostia, gestionado por la empresa Biharko. El citado informe reveló deficiencias graves en la atención de los usuarios y déficits en los ratios de personal.

Ayer, representantes del sindicato ofrecieron una rueda de prensa en la que afirmaron que lo detectado por la inspección foral en Txara-1 es una situación común a todas las residencias. “La situación diaria de las residencias de Gipuzkoa es indecente e inhumana”, fue la grave acusación de ELA.

El sindicato organizó la rueda de prensa acompañado de varias trabajadoras de diferentes centros de mayores de Gipuzkoa, relatando situaciones y hechos similares a los recogidos en el informe, a modo de ejemplo de que lo de Txara-1 no es un caso aislado.

La Diputación ha respondido de forma inmediata a través de una nota. En ella, asegura que lo ocurrido es una “carencia puntual” a la que se aferra ELA para actuar en “beneficio de sus intereses”. Esos intereses son la batalla sindical que le enfrenta a la Diputación y que tiene en la huelga, que ya dura tres años, a su exponente principal.

Fuentes de la institución foral explican que la denuncia sobre la situación de Txara-1, presentada por una trabajadora afiliada a ELA, es la única presentada por el sindicato en relación con este tipo de hechos y recuerdan que la inspección que ha detectado las deficiencias ha sido realizada por la propia Diputación.

Según el protocolo de vigilancia de estas instalaciones, el 75% de las llevadas a cabo este año se han producido sin previo aviso, porcentaje que el año pasado fue del 96%.

En su comunicado, la Diputación recuerda que los ratios de personal en las residencias de Gipuzkoa superan el mínimo establecido por el Gobierno vasco, es decir, 0.497 personas por plaza frente al 0,36 al que obliga la norma.

La institución foral explica que la red residencial en Gipuzkoa atiende a 5.400 personas, por lo que “un hecho puntual no puede ni debe menoscabar la reputación de la red construida de manera colaborativa durante años”. Acusa a ELA de dañar con sus acusaciones a todo el sistema , “uno de los más avanzados e innovadores de nuestro entorno”.

La Diputación aprovecha el comunicado para reconocer la labor de todo el personal de la red residencial y explica que la diputada de Política Social, Maite Peña, se reunió ayer con los partidos políticos representados en las Juntas Generales para informarles de los hechos.

Pese a todo, tendrán que comparecer en próximas fechas en la cámara guipuzcoana a petición de EH Bildu. Peña tratar´de acudir a esa comparecencia con el informe definitivo, por cuando el que ha sido fuente de la polémica es, por hora, un texto “preliminar”.

Denuncias de ELA

En la rueda de prensa que convocó ELA, su delegado Txomin Lasa explicó que "el nuestro no es solo un conflicto laboral, es un conflicto para tratar de cambiar un modelo y de dar un servicio de calidad". En este sentido, exigió más plantilla y en condiciones dignas. “Es el momento de solucionarlo".

Lasa consideró que el hecho de que Peña dijera que "este es un caso aislado" no es cierto y destacó que "o bien la diputada no tiene la información porque no le llega porque a las empresas subcontratadas no les interesa que la tenga, o bien porque mintió".

Junto a Lasa, comparecieron antes los medios empleadas de residencias como San Juan, Alai Etxe, Villa Sacramento, San José, Aldakonea, Lamorous o Txara I. Según relataronm, en la mayor parte de las residencias "no se ofrece un servicio de enfermería 24 horas. Las cenas se empiezan a dar a las 19.00 horas y el desayuno no empieza hasta las 9.30 horas". En algunos casos, usuarios pueden pasar "toda la mañana sin cambiar el pañal hasta el turno de tarde" y algunos han pasado "hasta 20 horas en la cama" por falta de personal.

En esa línea, denunciaron que las comidas en ocasiones "casi se solapan" y "entre comidas no se respetan los horarios de las pautas médicas de medicación". En el caso concreto de Txara I, una trabajadora del centro aseguró que "no es cierto" lo afirmado por Maite Peña, ya que "no son 16 sino 100 los residentes que pasan demasiado tiempo en la cama" e incidió en que las "recenas" a las que se refería la diputada son "yogures, que están contados y solo son para los que lo tienen pautado".

Además, criticó que a los usuarios solo se les ducha "una vez a la semana" y el resto de días "con una manopla húmeda por todo el cuerpo".