- "La erupción del volcán de La Palma no tendrá repercusión en nuestra zona". El mensaje tranquilizador, si es que alguien miraba a la tele y al cielo estos días con cierta inquietud, lo lanza la profesora del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV Sonia García de Madinabeitia, quien no ve motivo para preocuparse ni en la CAV ni en Nafarroa. "Aunque hay predicciones de llegada de los gases del volcán y lluvia ácida, lo harían de forma muy diluida, por lo que no tendrían ninguna afección para nosotros", afirma. De hecho, explica, "esos gases son habituales en las ciudades -los producen los motores- e incluso en concentraciones superiores a las que nos llegarían desde el volcán".

También el meteorólogo Edorta Román coincide con esta experta en que no hay razón para alarmarse. "Es poco probable que lleguen gases tóxicos del volcán, aunque no descartable. En cualquier caso, si llegaran, la concentración sería muy baja. La distancia entre Canarias y Euskadi es muy grande y llegarían muy difusos, muy disueltos en la atmósfera", corrobora. Ahora, si se dieran las condiciones necesarias, los 2.500 kilómetros que separan Euskadi y La Palma no serían una barrera. "Hay invasiones de polvo de origen sahariano en la península y a veces llegan hasta Euskadi y lo mismo que llega el polvo del Sáhara también pueden llegar otras partículas", constata.

Los días o semanas que permanezca el volcán en erupción, apunta el meteorólogo, serán un "factor clave" para determinar si existe alguna posibilidad de que la nube de cenizas volcánicas y dióxido de azufre alcance la península. "Si está un tiempo prolongado en erupción, las cosas pueden cambiar, la concentración en la atmósfera se elevará y hay más probabilidades de que lleguen emisiones, pero a día de hoy lo más probable es que no ocurra nada", reitera. No obstante, advierte, "habrá que estar atento a las emisiones de partículas y ver cuál es su evolución".

Pese a que es "bastante complicado anticiparse al comportamiento de un volcán", Román señala que el "impacto claro" se producirá si las coladas de lava alcanzan el mar. "En el caso de que llegasen al océano Atlántico, se emanarían unos gases por el contraste térmico que hay entre la lava del volcán, que está a más de 1.000 grados, y el océano, que está a 20. Ahí ebullirían una serie de sustancias que se emitirían a la atmósfera", explica.

Sin querer ser "alarmista", el meteorólogo recuerda cómo la erupción de un volcán en Islandia "paralizó el tráfico aéreo de media Europa" en 2010. "Las emisiones en la atmósfera eran más grandes que las de La Palma. Generó aerosoles de raíz volcánica, que son como piedritas y que pueden interferir en las turbinas de los aviones y provocar daños. Tuvieron que parar durante un tiempo un montón de vuelos. Fue un caso extremo", rememora y aclara que "todavía ni siquiera se han prohibido los vuelos en Canarias", por lo que "la incidencia en Euskadi es muy pequeña".

También se le viene a la mente, aunque nada tenga que ver con la catástrofe de La Palma, la erupción del volcán Krakatoa, en Indonesia, allá por 1883. "Emitió un montón de partículas a la atmósfera y aquel año se conoce como el año sin verano porque fue muy frío. El hecho de que hubiese tantos aerosoles de origen volcánico hizo que la radiación solar fuera menor. En la historia ha habido un montón de erupciones volcánicas y ninguna ha creado el efecto que creó este volcán. Fue terrible. La isla desapareció", relata . Tras recalcar que "las emisiones volcánicas pueden tener su incidencia en la atmósfera, pero tienen que ser de una gran dimensión y sostenidas en el tiempo", Román descarta que la de La Palma llegue a esos niveles.

Respecto a la lluvia ácida, recuerda que cuando ha caído en Euskadi su origen ha sido industrial. "En los años 80 había un montón de emisiones sin control de empresas químicas. Al precipitar la lluvia arrastraba ese tipo de sustancias, pero actualmente hay una regulación y en el caso de los volcanes estamos hablando de emisiones de origen natural", puntualiza.

Al igual que estos dos expertos, la meteoróloga de Aemet Margarita Martín también considera "bastante difícil" que la nube volcánica de La Palma llegue a Euskadi en los próximos días.

"El riesgo cero no existe", dijo ayer, pero para que la nube de cenizas volcánicas y dióxido de azufre llegara a la CAV, harían falta "unas condiciones meteorológicas muy peculiares" y "poco frecuentes" en esta época del año.

Martín, delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en el País Vasco, explicó que para que los efectos del volcán Cumbre Vieja se notaran en Euskadi "tendría que seguir en erupción bastante tiempo más" y además se necesitaría "una baja (presión) en el Golfo de Cádiz y otra en el centro de la península", una situación que "no es muy frecuente" a finales de septiembre.

Comentó asimismo que, según la previsión a 48 horas, la nube volcánica, además de "barrer toda Canarias", afectaría, a 1.500 metros de altura, al Sáhara y "quizás llegaría hasta el sur de Marruecos", al tiempo que, a 800 metros, "se extendería en la misma dirección". Pero si Cumbre Vieja sigue en erupción más de un mes "podría pasar cualquier cosa" porque "la meteorología puede cambiar mucho", advirtió esta experta.

Para que alcanzara la península ibérica en los próximos días debería "colocarse" una borrasca entre las Islas Canarias, Madeira y el Golfo de Cádiz, que ocasiona viento del suroeste sobre el Atlas, y eso "aceleraría" su desplazamiento, "pero no la hay ni está prevista a corto plazo", indicó.

Este tipo de bajas presiones, precisó, "no son raras en otoño, pero no suelen darse en septiembre o primeros de octubre", sino hacia finales de octubre, en noviembre y también en primavera.

"Habrá que estar atento a las emisiones de partículas y ver cuál es su evolución"

Meteorólogo

"Si el volcán sigue en erupción más de un mes, podría pasar cualquier cosa"

Delegada de Aemet en Euskadi