- Familiares del lehendakari Jesús Mari Leizaola tuvieron ayer la oportunidad de visitar la escultura emplazada en su honor en el Palacio Foral de la Diputación de Gipuzkoa, en una visita guiada que recibieron por parte del diputado general, Markel Olano.

La comitiva estuvo compuesta por diez familiares; entre ellos, cuatro nietos y cuatro bisnietos del lehendakari en el exilio entre los años 1960 y 1979. Uno de los nietos ha viajado desde Caracas con su familia; otros dos, desde Miami. La cuarta nieta visitante fue Onditz Leizaola, la única que reside en la CAV y que hizo las veces de portavoz de la familia.

“Miaitona. “Nos juntamos el miércoles; les enseñé el puerto de Donostia y la iglesia del propio puerto, obra de la familia de nuestra bisabuela. Comentaron que les gustaría ver la escultura del aitona que está en la Diputación Foral; les dije que lo intentaría, esta mañana he llamado explicando [la situación] y me han dicho que claro que era posible y que, si teníamos la opción de hacerla este mediodía, nos haría la visita guiada Markel Olano”.ahijado se casa este sábado y mis primos han venido para participar en la boda”, cuenta la nieta de Leizaola, al tiempo que relata la manera tan improvisada en la que surgió la visita a la escultura del

Onditz comenta que a los primos transatlánticos les “ha hecho mucha ilusión” la participación del diputado general, que les guió, además de por la obra escultórica, a través de los espacios de trabajo de los diputados, el Salón del Trono, el altar y la biblioteca. “Ha dado muchas explicaciones, nuevas para mí también”, añade la nieta de Leizola, quien detalla que no es la primera visita de la familia a la escultura, ya que se realizó anteriormente otra con otros nietos del lehendakari en el exilio por la dictadura.

No es muy común que la familia americana y la europea se encuentren; los primeros son hijos y nietos de Koldo, el único hijo de Leizaola que cruzó el charco. Entre los descendientes que habitan en el viejo continente, las reuniones son más frecuentes, “en vacaciones o cuando surge algo”, incide Onditz. Habitualmente, se juntan en Iparralde, ya que la mayoría viven en Francia y en Bélgica, a excepción de la propia Onditz y sus padres. Para los americanos “es muy complicado venir aquí. Ha sido una sorpresa que hayan venido y poder juntarnos; a decir verdad, hacía tiempo que no nos veíamos”, afirma esta nieta de Leizaola.

El encuentro familiar será corto, teniendo en cuenta el largo trayecto desde el otro lado del océano Atlántico a la CAV y las contadas ocasiones en las que estos nietos del lehendakari se han visto. “Unas cuatro veces” en total, según calcula Onditz. El viaje durará una semana; tras la boda, el mismo lunes 6 de septiembre, “ya van de vuelta”. En el recuerdo de esta experiencia, la primera por la zona de las bisnietas, quedarán las fotos en el paseo cercano al Kursaal nombrado en honor a su aitona y birraitona, la visita a Bilbao, de donde era originaria la mujer de Koldo y la boda en Ustaritz, lugar con el que guardan “mucha relación”. Excursiones y visitas todas ellas reflejo “del ambiente político que hemos tenido”, así como del exilio, que dispersó a esta y tantas otras familias a raíz de casi cuatro décadas de dictadura.