- Las autoridades sanitarias catalanas ven con preocupación la proliferación de botellones y aglomeraciones sin mascarilla ni distancias, y temen que estos comportamientos y el regreso a las aulas en septiembre pueda suponer el inicio de una sexta ola, cuando la quinta ya se está desinflando.

Los indicadores epidémicos van mejorando día a día y ayer se bajó de 100 casos de covid por cada 100.000 habitantes a siete días, una incidencia que no era tan baja desde el inicio de la quinta ola, que se disparó con la verbena de San Juan.

Además de los botellones y aglomeraciones en el barrio barcelonés de Sants o en la Seu d'Urgell, en Lleida, otro motivo de preocupación de las autoridades sanitarias es el próximo inicio del curso escolar, el 13 de septiembre, aunque el pediatra y epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Quique Bassat, descartó que el regreso a las aulas vaya a suponer una propagación de la epidemia porque, según él, la transmisión en las escuelas está muy "controlada" y no representa un problema de salud pública.

Bassat confió en que "la vuelta a las aulas sea más fácil que la del año pasado" y afirmó que "la transmisión en el interior de las escuelas ha sido muy controlada y no ha representado nunca un problema de salud pública". "Siempre hay voces discordantes que dicen que niños y docentes estarán en peligro, pero estamos en una situación mucho mejor, con el problema de la variante delta, eso sí. Ahora bien, tenemos vacunas y creo que la situación en las escuelas estará bien controlada", señaló. Según el pediatra, "si conseguimos que el grupo de 12 a 18 años llegue a porcentajes de vacunación similares a los que tienen los adultos, estaría muy contento".