- La quinta ola amaina en las calles pero sigue arreciando en los hospitales, que continúan con una presión insostenible. Los casos activos y los contagios están claramente a la baja pero se teme el impacto de las no fiestas y el peligro de rebrotes por las aglomeraciones. No hay que olvidar que las no fiestas de La Blanca pusieron a Gasteiz en el ojo del huracán ya que llegó a sumar la semana pasada hasta 421 casos en 72 horas y provocaron un incremento notable en la tasa de incidencia en todo Araba.

Todo ello a pesar de que la curva de contagios dibuja claramente una gráfica en descenso. El domingo se detectaron 544 positivos, el dato más bajo registrado durante este mes de agosto y un dígito que no se daba desde principios de julio. Tras realizarse 5.037 pruebas diagnósticas se notificaron este medio millar largo de infectados que ha supuesto bajar la tasa de positividad del 11,4% al 10,8% en una sola jornada. Sin embargo, todavía queda muy lejos de ese 5% que es el umbral referente de la OMS para controlar la expansión de la pandemia.

No obstante, todos estos datos hay que ponerlos en cuarentena ya que estamos completamente inmersos en las fechas en las que se celebrarían numerosas fiestas patronales, entre ellas la Semana Grande donostiarra. Aún es pronto para ver si algunas de las aglomeraciones más recientes vividas estos días en municipios de Bizkaia como Bermeo o Gorliz tendrán un reflejo negativo en los datos diarios. No hay que olvidar que de las 72 localidades vascas con más de 5.000 habitantes, 49 están en el nivel más alto de alerta.

De momento, la incidencia acumulada en Euskadi suma ya 16 días seguidos de caída. También continúa a la baja la tasa de incidencia acumulada en 14 días por 100.000 habitantes en el conjunto de Euskadi, que se situó este domingo en los 544 (10 casos menos que el sábado). El dato positivo es que esa tendencia a la baja se da de nuevo en los tres territorios, incluso en Araba, que había acusado un preocupante cambio de signo. Así, en el territorio alavés la incidencia ha bajado a 526 casos, en Bizkaia está en los 561 y en Gipuzkoa en los 453.

De los nuevos positivos, 85 se han registrado en Araba (70 de ellos en Gasteiz, donde la pasada semana se llegó a detectar un máximo diario de 148), 293 en Bizkaia y 150 en Gipuzkoa. Además se han registrado 16 contagios entre personas con residencia fuera de Euskadi.

Pero esa bajada sigue sin trasladarse todavía a la carga asistencial de la red hospitalaria. De este modo, la presión en los hospitales vuelve a repuntar, tanto en planta convencional, donde son 281 los pacientes, once más que en el recuento previo; como en las unidades de críticos. El domingo había en las UCI 72 pacientes muy graves, seis más en 24 horas, el dato más alto de esta quinta ola. Hay que retrotraerse al 9 de junio para ver una cifra más elevada, entonces había 77 enfermos que precisaban cuidados intensivos. Además, ingresaron 34 personas por covid (7 menos que el sábado).

Otro de los datos que empeora es el R0, que indica a cuántas personas puede contagiar un enfermo. En el conjunto de Euskadi, el R0 se situó el domingo en el 0,91 cuando el sábado estaba en el 0,89. En Araba, el único territorio que estaba por encima del 1 ha ido bajando desde el 1,16 del viernes al 1,08 el domingo. En Bizkaia, el domingo se situó en el 0,88 frente al 0,86 del sábado y también ha empeorado en Gipuzkoa del 0,83 al 0,86.

La quinta ola consolida también su retroceso en Nafarroa que contabilizó el domingo la cifra más baja de contagios de este última oleada de la pandemia. Bajan del centenar (97 positivos) y es el mejor dato desde el 30 de junio ya que las infecciones han caído un 21%. En este territorio, la positividad asciende al 9%. En los hospitales navarros siguen ingresadas 98 personas. En una semana la ocupación de las UCI ha subido de 20 a 27 pacientes, y además hay que lamentar el fallecimiento de una personas de 90 años.

Mientras tanto, todos ponen el foco en el inicio del curso y el Ministerio de Educación se reunirá con las comunidades para ajustar el protocolo anticovid. La idea es aplicar la hoja de ruta aprobada en mayo, con unas modificaciones que se introdujeron el 29 de junio. Así, el próximo curso se mantendrá la mascarilla desde los 6 años y los grupos burbuja hasta los 12 años y la distancia podrá pasar de 1,5 a 1,2 metros.

Con esto último, se permite a las comunidades aumentar el número de alumnos por aula y regresar a las ratios prepandemia.