El lehendakari, Iñigo Urkullu, explicó el pasado viernes que los cinco días que venían por delantecinco días iban a ser “claves” para poder “ganar tiempo” en el que seguir vacunando a la población joven. Unos días en los que seguimos inmersos y que, dentro de una o dos semanas, cuando afloren los contagios que se hayan podido dar ahora, darán dimensión real de dónde se encuentra la pandemia Euskadi.

Tasa de incidencia, al alza; los positivos, ¿se estabilizan?

Desde que la tasa de incidencia en 100.000 habitantes a 14 días tocó su suelo más reciente en Gipuzkoa el 23 de junio (79,12 casos), el indicador no ha hecho más que subir. Primero, a un ritmo lento, ya que hicieron falta seis días para cruzar los 100 positivos; después, a un ritmo mucho más fuerte: la tasa ya supera los 400 casos, es decir, la zona roja.

Y así, ¿hasta cuándo? Resulta difícil de prever, pero es donde toman especial valor las palabras del lehendakari, ya que una reducción de contagios estos días (lo que aflorará en una o dos semanas) permitiría empezar a controlar de nuevo la tasa de incidencia. De lo contrario, el indicador seguirá subiendo durante varias semanas.

Frente a la tasa, los contagios parecen estabilizarse en la CAV, aunque por encima de 600. Por el momento, el pico lo trajeron los días 8 y 9 de julio, cuando los nuevos casos diagnosticados se situaron en 703 y 737 casos, casi el doble que los registrados ese fin de semana cuatro días antes (351 y 367). La última cifra, de fin de semana, es de 672 positivos este domingo, con lo que conviene esperar a este martes y miércoles si el número se estabiliza o vuelve a subir.

En el caso de Gipuzkoa, ya van seis días en los que el número de positivos se sitúa en la horquilla entre 257 (6 de julio) y 276 casos (10 de julio) tras la explosión de casos que provocaron los viajes de fin de estudios a distintos puntos de la geografía española y algunas no-fiestas patronalesno-fiestas, amén de una presencia cada vez mayor de la variante delta del virus.

Si con el paso de los días el número de positivos comienza a caer, ayudará a que baje la tasa, ya que estos días pasarán a ser los primeros de los 14 que entran en la ecuación y podrán ser compensados por jornadas venideras con menos casos, si esto sucediera. De lo contrario, la tasa de incidencia seguirá al alza con fuerza.

El número reproductivo básico baja, pero sigue por encima de 1

Fue una de los principales indicadores de los primeros meses de la pandemia. Si el número estaba por encima de 1, significaba que la enfermedad estaba en expansión, porque cada positivo contagiaba de media a más de una persona. Por debajo de 1, en remisión.

Al mismo tiempo que la incidencia acumulada sobre 100.000 habitantes en Gipuzkoa a 14 días prosigue una escalada rápida, el número reproductivo básico ha bajado medio punto respecto al 2 de julio: del 1,76 al 1,28. Esto significa que Gipuzkoa ha pasado de estar a la cabeza de la CAV, a tener el indicador menos malo de los tres territorios, aunque aún la pandemia siga en expansión.

En el conjunto de la CAV, el número llegó a estar en 1,53 (2 y 3 de julio), motivado por el fuerte tirón de Gipuzkoa, aunque la última cifra registrada es de 1,32, con Araba (1,46) y Bizkaia (1,33) por encima.

Menos ingresos hospitalarios, pero ingresos...

Si las primeras olas afectaron sobre todo a la población de mayor edad, una vez vacunada esta, la quinta ola afecta de lleno a los jóvenes. El desglose de positivos por edad es claro: de los 672 casos registrados este domingo en la CAV, el 79% de los contagios pertenece a la población de hasta 39 años. Por encima de 65 años, 17 casos del total de 672. Un 2,5%. Y son bastantes días con este mismo patrón.

Lo dijo la ministra de Sanidad, Carolina Darias, la semana pasada: hay menos ingresos, pero hay ingresos. En concreto, uno de cada 100 jóvenes de entre 20 y 24 años que ha dado positivo por coronavirus terminará en el hospital; una media que sube al 1,5% entre los 25 y 29 años; y otro tanto entre los jóvenes entre 30 y 39, de los que entre dos y tres por cada cien terminarán en un centro hospitalario.

Las UCI: no suben; tampoco se vacían

Como con el resto de aspectos que sirven para analizar la pandemia, la situación en los hospitales vascos tampoco escapa de los claroscuros. Claros, muy claros, si los números se comparan con hace escasos dos meses o abril de 2020, cuando las UCI del Hospital Universitario Donostia, obligada a convertir otras partes del centro en UCI, acogieron a 232 enfermos, o a 173.

Muy lejos de ese escenario, el enfermo que hoy ingresa en la UCI es más joven que aquel, y también son muchos menos: la última cifra, 32 en el conjunto de la CAV. En los últimos 15 días, la estabilidad es la tónica dominante, entre el máximo de 36 ingresados en la UCI el 4 de julio y los 28 actuales. El mínimo han sido 25 ingresados (6 y 7 de julio).

También, por lo tanto, a la expectativa de lo que pueden traer los próximos días, aunque el hecho de que la población de mayor riesgo esté por vacunada en un porcentaje altísimo ayuda a pensar que no volverán las dramáticas escenas de hace meses.

La vacunación, como un martillo pilón

Lejos de los problemas de suministro del comienzo, el ritmo de llegadas de vacunas a Euskadi y la vacunación posterior avanza constante sin descanso. Tanto que el proceso tiene ya ante sí dos grandes objetivos: certificar la inmunización de la franja de edad 60-69 años (ralentizada por el caso AstraZeneca, el 60% ya tiene la pauta completa y el 92,3% tiene al menos una dosis) y dar una amplia cobertura a las capas más jóvenes, en especial entre 16 y 39 años.

Por el momento, la mitad de los jóvenes entre 30 y 39 años tiene inoculada al menos una dosis (50,5%) y el 17,3%, la pauta completa (la gran mayoría de ellos, empleada en profesiones denominadas esenciales). Algo similar ocurre en la franja entre 20 y 29, donde la población con una dosis y la pauta completa es casi la misma (15,3% y 13,9%, respectivamente).

Una de las mejores noticias de los últimos días llegó el mismo viernes, cuando cerca de 78.300 jóvenes de entre 16 y 29 años ya se hicieron con su cita para vacunarsese hicieron con su cita el mismo día que se dio la opción. Es decir, un tercio de la población convocada tenía su hora con Osakidetza la misma jornada que se abrió la posibilidad y pese a los primeros informáticos iniciales.