esde que se anunció a principios de mes que el uso de la mascarilla en exteriores tenía los días contados, las cuatro empresas guipuzcoanas que conforman el proyecto empresarial Wolfratex, ubicado en Bergara, vienen acusando “una bajada importante” en el consumo de clientes, especialmente del mercado doméstico. Se alegran de que la nueva medida sea una señal inequívoca hacia la ansiada normalidad, pero no ocultan el impacto negativo en su modelo de negocio, con una tendencia que se acentuará “hasta el punto de parar casi por completo nuestra producción”, asegura la directora comercial, Alicia Bouzas.

Bexen Medical, empresa con 45 años de experiencia en el sector sanitario especializado, es la otra gran productora en Gipuzkoa de dispositivos médicos de un solo uso. Desde 2020 los acontecimientos se han sucedido a un ritmo frenético, montando en tiempo récord una planta con toda la vorágine que trajo consigo. Ahora queda saber qué será del mercado, de aquí a medio año, una vez que se calmen las aguas tanto a nivel de demanda como de oferta. En el caso de esta firma hernaniarra, relativizan el impacto negativo. “Lo de la mascarilla llegó forzado por la situación. Estamos muy centrados por nuestro negocio tradicional en el sector salud. El 90% de ventas van destinadas a hospitales y centros asistenciales. Obviamente, la producción de mascarillas que va más orientada al público en general sí que se ve afectada, pero en nuestro caso representa un 10% de la producción total”, señala el director general de Bexen Medical, Manuel Sánchez-Lagarejo.

Más allá de la fecha marcada para el fin del uso obligatorio de la mascarilla, lo que más condiciona a las empresas guipuzcoanas es el exceso de stockque hay en el mercado. “Si solo se comercializaran mascarillas fabricadas en el Estado, no habría para todos, para hay tal cantidad de producto importado desde Asia que ahora mismo, en cuanto a demanda de oportunidades y precios el mercado, está peor que antes de la pandemia”, asegura Sánchez-Lagarejo.

Así se percibe también desde Wolfratex, que nació en abril de 2020 fruto de la unión de cuatro empresas industriales guipuzcoanas. La misión inicial fue fabricar solamente la maquinaria, pero la situación en la primera oleada de la pandemia del covid-19 les empujó a desarrollar tecnología y producto acorde al estándar europeo. “Sabíamos que este día llegaría, y así lo contemplaba nuestro plan de negocio, pero esperábamos sobrevivir como proveedor estratégico de productos sanitarios de primera necesidad para el sector sanitario público para el que nacimos”. Lamenta Bouzas que este objetivo no se ha podido cumplir porque “el producto asiático nos ha desplazado, y la inestabilidad del mercado, la sobreoferta y los precios de liquidación” les impiden competir sanamente.

Un repaso a las cifras que deja el último año da cuenta del enorme esfuerzo realizado por ambos proyectos empresariales. Cuando empezó la pandemia, Bexen Medical era una de las pocas empresas del Estado que disponía de sala blanca, el requisito indispensable para fabricar mascarillas. El Ministerio de Sanidad no tardó en contactar con la firma hernaniarra y hace trece meses que fabricaron la primera mascarilla.

evolución

190 millones de mascarillas

Ajuste de la maquinaria

La producción ha ido evolucionando desde mayo de 2020, cuando llegaron las máquinas que hubo que ajustar, pasando así de los cinco millones de mascarillas de entonces a los 20 millones actuales al mes. Durante este año han entregado unos 190 millones.

“El problema no es tanto bajar los precios sino ver hasta qué punto puede ser competitiva respecto a China una empresa que fabrica en Euskadi, atendiendo al coste de mano de obra y respecto al medio ambiente”. Aseguran desde Bexen Medical haber realizado un esfuerzo muy grande para ir ajustando todos los costes, con máquinas que han ganado eficacia con el paso del tiempo. La razón de ser de la empresa no ha sido ni es fabricar mascarillas, sino que sea un producto más del catálogo. De hecho, tienen registrada en la Agencia Española del Medicamento más de 500 referencias de dispositivos médicos fabricados en Hernani.

Entre sus objetivos figura poder competir con los importadores de mascarillas de China con producto hecho aquí. “Ese es nuestro caballo de batalla”, admite el responsable de esta firma hernaniarra.

Aunque las leyes europeas de contratación pública no permiten distinguir entre fabricaciones locales, europeas o de terceros países, dicen haber sentido la falta de apuesta de la Administración pública por la producción estatal.

La directora comercial del proyecto empresarial Wolfratex admite que toca “reinventarse” para mantener latente la riqueza generada y tener la capacidad de rearmarse si en un futuro fuera preciso garantizar el autoabastecimiento y, por tanto, no depender del producto asiático “que nos ha llevado a un caos social y económico”.

Cuentan con ocho máquinas de tecnología propia para fabricar mascarillas quirúrgicas IIR y una última adquisición para elaborar FFP2. Todo ello en unas modernas instalaciones de 1.650 metros cuadrados que incluyen una sala blanca.

Durante este último año han llegado a fabricar en torno a 45 millones de mascarillas, contando con una plantilla media de 42 trabajadores. Estos empleos no se han podido mantener ya que la estructura se ha visto reducida drásticamente al perder el posicionamiento inicial junto a las instituciones públicas, que eran las principales receptoras.

El director general de Bexen Medical lamenta que “cuando vienen mal dadas, se echa mano de lo que se tiene cerca, pero luego, escudándose en el libre mercado, la Administración pública se ha olvidado de los fabricantes nacionales, sin dar importancia al país de origen de fabricación de las mascarillas”. Asegura que, de no corregirse, esta situación llevará a depender de nuevo al 100% de otros países.

En 2020, siendo tan grande la escasez local, la empresa de Hernani se centró en abastecer a hospitales de Euskadi y servicios autonómicos de salud del Estado.

Durante este año en el que la demanda ha caído han recuperado sus mercados naturales, como son Francia, Portugal, Reino Unido y Sudamérica.