- El arzobispo de Múnich y Freising, el cardenal Reinhard Marx, provocó un terremoto en la Iglesia católica hace una semana al presentar su dimisión tras los abusos a menores por parte de miembros de la diócesis alemana. Sin embargo, el papa rechazó su renuncia, pero compartió su denuncia de que la gestión de los abusos ha sido una “catástrofe”.

En una carta escrita en castellano, con un lenguaje cercano, Francisco admira el gesto de Marx, pero le invita a seguir en su diócesis, con su rebaño. “Ante todo gracias por tu coraje. Es un coraje cristiano que no teme la cruz, no teme anonadarse delante de la tremenda realidad del pecado”, comienza la misiva al cardenal, quien presentó su renuncia como señal ante la necesidad de que la Iglesia asuma sus responsabilidades.

Francisco explica que aunque “las situaciones históricas han de ser interpretadas con la hermenéutica de la época en que sucedieron”, esto “no nos exime de hacemos cargo y asumirlas como historia del pecado que nos asedia”. Y aboga para que “cada obispo de la Iglesia deba asumirlo y preguntarse ¿qué debo hacer delante de esta catástrofe?”. Porque admite que “no todos quieren aceptar esta realidad, pero es el único camino, porque hacer propósitos de cambio de vida sin poner la carne sobre el asador no conduce a nada”.

“El mea culpa ante tantos errores históricos del pasado lo hemos hecho más de una vez ante muchas situaciones, aunque personalmente no hayamos participado en esa coyuntura histórica. Y esta misma actitud es la que se nos pide hoy”, añade.

Según Francisco, “la política del avestruz no lleva a nada y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual. Los sociologismos, los psicologismos, no sirven. Asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el único camino fecundo porque de una crisis no se sale solo sino en comunidad y además debemos tener en cuenta que de una crisis se sale o mejor o peor, pero nunca igual”.

Marx, de 67 años, afín al ala progresista de la Iglesia y estrecho colaborador del papa, al formar parte del consejo de cardenales creado por Francisco para asesorarle en sus reformas, habló en la carta en la que ofrecía su renuncia que “los afectados esperan una señal de la asunción de responsabilidades”. En la nota en la que presentó su renuncia, Marx alegó que la Iglesia católica se encuentra en lo que denomina “un punto muerto”.

Aunque no aludió a ningún alto cargo de la Iglesia alemana, el gesto se interpretó como un mensaje al arzobispo de Colonia, el cardenal Rainer Maria Woelki, donde el Papa envió una comisión para analizar los casos y las posibles responsabilidades.

Francisco retoma las consideraciones del cardenal y destaca que “toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos. Más aún, la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis”. Y, de acuerdo con Marx, califica “de catástrofe la triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo”.