- Los números y su combinación pueden convertirse en un verdadero suplicio. Así lo demuestra esta pandemia que arrastra desde hace meses, muchos ya, las vidas de miles de comunidades al completo como la vasca. Y para no romper la tendencia, este fin de semana ha tenido un poquito de todo: algunos datos han subido y otros han bajado; en resumen, que la presencia y transmisión del virus se estabiliza pero lo cierto es que lo hace en índices muy altos todavía, con una incidencia por encima de los 200 casos. En concreto, el último dato -correspondiente al domingo- sería de 208, un puntito menos que el sábado. Es decir, en caída, pero suave.

Bizkaia es el territorio que presenta una incidencia más alta: el domingo era de 225,84 (227,75 el sábado), mientras que Gipuzkoa anota una tasa de 206,12 (207,23 el día anterior) y Araba es el único territorio en el que se incrementa este indicador al pasar de 135,67 el sábado a 136,58 del pasado domingo. Atención por tanto a ese ámbito de análisis y a otro: el R0, el marcador epidemiológico que advierte sobre el poder de contagio que tiene una persona portadora del virus.

No ha parado de subir desde el pasado lunes día 24. Décima a décima, los resultados positivos de las pruebas diagnósticas efectuadas este fin de semana han estimulado a este indicador; tanto que ha vuelto a romper el umbral del 1 hasta situarse en el 1,02. Desde el 27 de abril había permanecido bajo control y ahora, este último repunte, extiende las sombras sobre el control de la transmisión del virus. De los tres territorios históricos únicamente Bizkaia mantiene a raya ese índice: 0,97 en el último boletín epidemiológico de Osakide-tza, frente al 1,07 de Gipuzkoa y al 1,21 de Araba. Esta ralentización en la progresiva lucha contra el covid-19 tiene otro frente abierto: los positivos detectados.

En este caso, tras dos días por encima del umbral del 5% que anticipa un escenario de transmisión del patógeno, se ha logrado recortar ese porcentaje hasta el 4,5 % de este pasado domingo, similar al del jueves. La semana se ha cerrado de este modo con un 4,4% de media, algo más (+0,3%) que la anterior, la del 17 al 23. Es decir, la circulación del virus es evidente y parece que gana terreno a diario entre los sectores de la población más joven; esa que aún no ha recibido ninguna vacuna.

Lo confirman las estadísticas del Servicio Vasco de Salud. El último boletín, el correspondiente al domingo, refiere un total de 251 contagios en el conjunto de la geografía vasca de los que 109 estuvieron asociados a personas de entre 40 y 64 años; la franja de 19 a 39 años cosechó otros 63 expedientes y de 0 a 18 años hubo 67 positivos. Pero es que el sábado la situación fue muy parecida: 129 episodios para el segmento de 40 a 64; otros 84 para los de 19 a 39 y 72 en el grupo de 0 a 18 años.

Y es también en ese batiburrillo de buenos y malos datos donde se mueve el futuro más inmediato de la asistencia hospitalaria. Durante todo el mes la tendencia general -excepto tres días- la presión ha venido aligerándose diariamente en el conjunto de la CAV. Sin embargo, este domingo subió a 259 pacientes ingresados, ocho más que el sábado. Las personas con complicaciones derivadas del covid-19 ingresadas en las UCI siguen bajando hasta 97 (dos menos que el sábado), con lo que se mantienen por debajo de la centena, algo que no pasaba desde principios de abril. Pero han subido a 162 los ingresados en planta (diez más que el sábado).