- Los cadáveres de las 24 personas que llegaron sin vida en un cayuco a Tenerife el pasado 28 de abril serán inhumados al no haberse podido determinar inequívocamente el parentesco de uno de los fallecidos con una familia que reclamaba el cuerpo desde Euskadi. La decisión judicial, no obstante, no cierra las vías a trasladarlo, ya que podrán hacerlo de encontrar nuevas vías que prueben el vínculo.

La magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Arona (Santa Cruz de Tenerife) ordenó ayer el enterramiento de los 24 migrantes que perecieron el pasado mes intentando llegar a costas canarias. Esta decisión llega tras el informe de toxicología que determina que no es posible afirmar sin duda alguna que uno de los cadáveres es el hermano de un varón con residencia en Euskadi.

La pasada semana una familia solicitó el traslado de uno de los fallecidos a la CAV alegando su parentesco. Un supuesto hermano incluso aportó una muestra de ADN para ser cotejada con la de los 24 cuerpos. No obstante, la prueba no ha conseguido certificar ese vínculo al tratarse, al parecer, de un hermano únicamente por parte de madre.

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En consecuencia, la autoridad judicial expidió ayer la orden de inhumación que se había pospuesto para preservar los derechos de los posibles familiares de los fallecidos.

Esta orden judicial, sin embargo, no cierra las vías para que la familia siga reclamando el cuerpo, siempre y cuando consigan probar el vínculo que previamente han alegado. A partir de ahora, será Cruz Roja quien sirva de enlace por si fuese necesario realizar nuevos cotejos.

tres supervivientes

Los 24 cuerpos sin vida, entre ellos dos menores, fueron encontrados el pasado 28 de abril a bordo de un cayuco a 500 kilómetros de distancia de la isla de El Hierro por un avión de la fuerza aérea española.

En la embarcación también se hallaban tres supervivientes, dos hombres y una mujer, que fueron trasladados en helicóptero a un hospital de la isla de Tenerife.

Desde ese día, los cadáveres han permanecido en el Instituto de Medicina Legal (IML) tinerfeño a la espera del resultado toxicológico.