- El Gobierno Vasco ha otorgado a GHK (Consorcio de Residuos de Gipuzkoa) la autorización ambiental integrada para la valorización energética de los residuos industriales que gestiona, y que hasta ahora venía depositando en vertederos, en el Complejo Medioambiental de Zubieta, instalaciones que incluyen la planta incineradora. Este permiso tras solicitud previa de GHK es consecuencia de la falta de infraestructuras para depositar la basura industrial en Euskadi como consecuencia del accidente de Zaldibar y el cierre del vertedero de Mutiloa.

La autorización ambiental para modificar la función del complejo medioambiental de Zubieta fue firmada por la viceconsejera de Medio Ambiente, Amaia Barredo, el martes. En la misma se señala el carácter "no sustancial" de las modificaciones que solicita GHK. Hay que tener en cuenta que el objetivo del complejo de Zubieta es el tratamiento y la eliminación de los residuos domésticos, razón por la que ahora era necesario un permiso para ampliar una funcionalidad que no estaba contemplada

El año pasado por estas fechas el diputado foral de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, anunció en las Juntas Generales la pretensión de solicitar esta autorización en el marco de una comparecencia para valorar el accidente ocurrido en el vertedero de Zaldibar, su repercusión en Gipuzkoa y las medidas que pensaba adoptar su Departamento en relación con esta situación.

Según explicó, el Complejo Medioambiental de Zubieta gestionará el 80% de los residuos que las mancomunidades depositaban hasta ahora en vertederos industriales no peligrosos. En total, 11.000 toneladas de residuos asimilables a urbanos y que no son reciclables.

La lista que figura en la autorización ambiental es la siguiente: fracción resto de los residuos domiciliarios; fracción resto de los residuos industriales, comerciales e institucionales asimilables a domiciliarios (RICIA); lodos secos de las EDAR (depuradoras de aguas residuales); residuos secundarios procedentes del reciclaje y compostaje de los residuos primarios; plásticos no valorizables materialmente generados en la recogida de plásticos mezcla de los polígonos; residuos de polígonos asimilables a urbanos no reciclables; residuos voluminosos no reciclables; rechazos de la planta de reciclaje de escorias, residuos insuficientemente combustionados.

Preguntada por esta autorización ayer en una entrevista en Euskadi Irratia, la consejera de Medio Ambiente, Arantxa Tapia, explicó que no se trata de "quemar" sin más los residuos, sino de "valorizarlos" para "generar energía", que "es diferente", al tiempo que insistió que se trata de residuos que no se pueden reciclar ni reutilizar.

Tapia también señaló que el año pasado la cantidad de residuos industriales que se generó en la CAV fue notablemente menor, unas 800.000 toneladas frente al 1.200.000 de una situación normal debido a la disminución de la actividad industrial por la pandemia. De estas, "no llega al 10% el porcentaje de residuos que se han enviado fuera" de la CAV. De hecho, concretó que ese porcentaje se sitúa en torno al 5-7%.

La industria vasca, actualmente, es responsable del 60% de todos los residuos que se generan en Euskadi, en torno a los 6,3 millones de toneladas al año. Otro 21% corresponde al sector de la construcción y demolición y solo un 19% son residuos urbanos o domésticos.

Los objetivos previstos en el borrador del Plan vasco de Prevención y Gestión, que se prevé aprobar para el próximo junio, afectarán de forma importante al tejido industrial, generador de una gran variedad de residuos y en cantidades significativas. Entre estos, cabe mencionar las arenas y los finos de fundición, determinadas escorias, los polvos y lodos metálicos, los materiales refractarios€, cuyo modelo actual de gestión sigue siendo mediante deposición en vertedero.

Recientemente, el Gobierno Vasco anunció los principales objetivos del borrador del citado, que marcarán la estrategia a seguir en Euskadi durante la próxima década. Entre otros, el Gobierno Vasco adelantó que para el año 2030 prevé la reducción en un 30% de la tasa de generación de residuos totales; aumentar la recogida selectiva de los residuos urbanos hasta un 85%; reutilizar el 85% de los residuos no peligrosos convirtiéndolos en materiales secundarios, y reducir a menos del 15% la eliminación en vertedero.

Una de las medidas de este plan es imponer una tasa de vertido a las empresas, de forma que incentive la recuperación de los residuos para reincorporarlos a la cadena productiva, lo que se conoce como economía circular. Un objetivo también central de la política ambiental de la Diputación.

La industria vasca es responsable del 60% de todos los residuos que se generan en la CAV; los hogares, del 19%