Un hombre acusado de intentar matar a un joven de varias cuchilladas en la Aste Nagusia de Donostia en 2019 ha pedido este lunes perdón a la víctima, a pesar de no recordar lo sucedido, al tiempo que ha asegurado que quiere "cambiar de vida" después de que "las drogas y el alcohol" le hayan llevado "hasta aquí".

El procesado, que está siendo juzgado desde este lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa y que se encuentra en prisión provisional, se enfrenta una petición de cuatro años y ocho meses de cárcel por parte de la Fiscalía, aunque la acusación particular eleva su solicitud de condena hasta los trece años y ocho meses de reclusión.

Los hechos sucedieron la madrugada del 17 de agosto de 2019 en Donostia, cuando la víctima y una joven que lo acompañaba fueron abordados en la calle por tres individuos entre los que se encontraba el inculpado, quien presuntamente pegó y acuchilló al chico y también golpeó a la chica cuando ésta intentó mediar para parar la agresión.

En la primera sesión de la vista oral celebrada hoy, el acusado, que sólo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha dicho que no se acuerda de lo sucedido, si bien ha perdido perdón "de todo corazón" a ambas víctimas porque ha dicho ser consciente de que tuvo la "pelea con un chico".

En cualquier caso, sí ha recordado que aquella noche salió con un amigo, que se tomaron entre los dos una botella de whisky y "algo más" por la Parte Vieja, así como "cocaína", "speed" y unas "pastillas naranjas y amarillas".

"Para mí ha sido un mal sueño del que aún no me he despertado", ha descrito el procesado, quien ha avanzado su intención de reparar "todo el daño" causado, al tiempo que ha confesado que sufre un problema de "esquizofrenia" por el que estuvo medicado durante "diez años".

Ha desvelado también que en la actualidad recibe "apoyo psiquiátrico" en la prisión. "Quiero cambiar de vida porque las drogas y el alcohol me han llevado aquí", ha insistido.

El acuchillado, que le ha seguido en el uso de la palabra, tampoco ha aportado más detalles de lo ocurrido porque, según ha comentado, no recuerda "nada" de la agresión más que el hecho de estar tendido en el suelo, "sangrando" y ver a varios policías llamar a una ambulancia hasta que se despertó en el hospital, donde fue operado e ingresado en la UCI.

En este contexto, ha cobrado especial relevancia el testimonio de su amiga, quien ha explicado como aquella noche ambos habían acudido a Donostia desde Tolosa para ver los fuegos artificiales porque eran las fiestas de Semana Grande y que, tras alternar por la ciudad y acompañar a otra amiga a una discoteca del barrio de Amara, ella y el chico decidieron volver a casa y se dirigieron a la estación de tren.

De camino, a la altura de la zona de Reyes Católicos, ambos se cruzaron con tres chicos que se les quedaron mirando de una manera "despectiva" y "asquerosa" que a ella le hizo sentirse "incómoda", por lo que su acompañante les espetó: "qué miráis", momento en el que "empezó todo", porque uno de ellos, el ahora acusado, se fue "directo" a por su amigo y empezó a agredirle.

"Le agarró, le pegó puñetazos y lo tiró al suelo". "Yo intentaba meterme en medio pero salí disparada" y en una de estas "me dio un puñetazo directo" en la cara, mientras yo le pedía "que parara por favor", ha explicado esta chica, quien ha recordado también cómo cada vez que el agredido intentaba levantarse para "defenderse" volvía a ser derribado "a puñetazo limpio"

En un momento dado, los otros dos jóvenes "se unieron" a la agresión y también pegaron "patadas" a la víctima, mientras seguía en el suelo, hasta que "alguien dijo: tiene un puñal" y "ya no los vi más", ha detallado la testigo, quien comprendió entonces que lo que ella había pensado que eran puñetazos habían sido "navajazos". Mi amigo "estaba blanco, se desplomó hacia atrás y tenía sangre", ha descrito.

La chica ha relatado también cómo otras personas separaron finalmente al inculpado porque, de lo contrario éste "hubiera seguido agrediéndolo". Está previsto que el juicio prosiga este martes con la declaración de nuevos testigos.